27 de diciembre de 2010

Otro año...

De repente miré atrás y me dí cuenta de que había pasado ya un año; tan rápido, tan volátil, escurriéndose entre nosotros; la mirada fija en el pasado, es como un sueño, es tan borroso, cosas que han cambiado tanto que no puedo creer que giraran así, y el tiempo sigue pasando.


Enero y fríos, culpas y besos mágicos, tortillerías, canciones de panadería.
Febrero con bambúes, vacas, yoshis, 15 minutos de estacionamiento y mirar al cielo desde el pasto.
Marzo, Marzo y azoteas, ovejas, obsesiones y cosas clandestinas, rosas dentro de botellas.

Abril empezando con malos hábitos, enfermedad mental y más obsesiones, sueños raros, conejos, parques bellos, Frank,tardes en metro y lágrimas culpables.
Mayo con salsa de rabia, manejar nerviosa, contar menos calorías, superficialidades, más parques, árboles, alas en el cuello.
Junio y liberación, inspiración y descubrimientos, bloggers civilizados y odio hacia el futbol, escrituras y muertes prematuras, traumas visuales y perforaciones caseras.

Julio y cuerpos muertos, cafés platanosos, dramas telefónicos, navajas y 10 horas de sueño, Acapulco en droga mental, lágrimas por las noches, náuseas y querer escapar del sol, pérdida de hábitos, lluvia en el mar y anhelos en el tiempo, un par de amigos y riesgos.
Agosto y kilos, rencores perdidos e hipocresías de gordas, Espíritus y Lobos con acento en la ú, adormecimiento y contingencia.
Septiembre y planes cancioneros, alas que se acarician y llamadas de madrugada, cafés de miradas eternas, mensajes mañaneros, el regreso de los colmillos, manos ensangrentadas y el regreso de las culpas.

Octubre y cerveza, discriminación en bares y primos estúpidos, dados de terciopelo, olor a miedo, Ginger Snaps y ganas de llorar.
Noviembre siguiendo el olor del frío, sueños raros y autos blancos, náusea sartreana, llanto en un camión, nuevas arrugas, nuevos atrevimientos, tranquilidad controlada y más patadas, galletas orgásmicas, ojos abiertos y fríos bellos.
Diciembre, Diciembre y recuerdos, sudaderas rojas y viajes analíticos en metro, decepciones escolares, desvelos inútiles, estrés punzante, nostalgia, mucha nostalgia, más nostalgia de la que cabe en mí, amargura impregnada, mirada escondida y pésimos cortes de pelo, más sangre en las manos y ovejas de ciudad, anhelos y escrituras ocultas, dudas, intento de venganza de los huesos, llantos bajo la almohada, una búsqueda eterna y esencia de culpa, realismo y nudos en la garganta, parpados caídos y helados llenadores, realidad del tiempo, caminatas en el viento, música impregnada, el final, otro final, otros recuerdos.


El tiempo corre, huye, porque jamás será nuestro. 


Otro año, cenas con uvas y rituales esúpidos, propósitos que sabemos que jamás cumpliremos, pero seguimos haciendo. ¿Por qué en año nuevo y no en cualquier otro día?
Si lo vemos fríamente, sólo cambias un número y vuelven a empezar los meses, pero todo lo demás sigue igual; siempre decimos que dejaremos atrás todo lo que pasó en este año, pero sinceramente, no lo hacemos, seguimos recordando y comparando, aferrándonos al pasado.


No tengo propósitos de año nuevo, cuando necesite comenzar desde cero, lo haré cuando sea, no en año nuevo, empezaré nuevos ciclos cuando yo decida hacerlo, cualquier día del año; los rituales maleteros, con semillas y manualidades son meras supersticiones, no cambia mucho nada, pero en fin, después de este post sin sentido, feliz lunes, gente.

20 de diciembre de 2010

Cabellos desastrozos.

Hace algunos años, después de varias malas experiencias con asuntos del cabello, me prometí a mi misma jamás dejar que un estilista tocara mi fleco.
Verán, todo mundo se queja de mi fleco, dicen que es fleco de emo, que me tapa la cara, etcétera; hasta el gatonejo me regaña por mi fleco, y entonces, tengo que hacer enormes esfuerzos para no creer que es mi madre.
-"¡Quítate el pelo de la cara! No te veo los ojos".

Mi teoría es que la gente sólo debe ver uno de mis ojos, porque si ven los dos, roban mi alma.
Pero hoy, hoy cometí un grave error. Sí, me corté el cabello, lo que ocasionó que mi hermana me dijera que parezco Willy Wonka. También me dijeron que parecía espía rusa sexy. No quiero ser espía rusa. Pero oh, eso no es la peor parte, no, el caos comenzó cuando el señor causante de mis desgracias me preguntó -"¿Quieres que te corte el fleco?".
Bien, necesito un cambio, pensé. ¿Qué podía pasar? I'd go for it. 
-"Ok, pero no me lo deje muy corto".
No me lo deje muy corto...¿En qué momento dejé de pensar y lo dejé tocar mi fleco? Así que terminó bastante mal y mi fleco está corto. ¡Mi flecoooo!. Hasta yo me reí de mí misma cuando me ví al espejo. Después me frustré.

Éste sería un buen momento para escribir un asesinato creativo matando al señor causante de mis desgracias pero, meh, no hay inspiración.

¡Vuelve, fleco!

18 de diciembre de 2010

¿Meh?

Después de una larguísima ausencia de 2 semanas; he vuelto.
Sí, lamento haberlos abandonado, queridos pseudolectores y fanseses, pero es que estaba en exámenes semestrales y consumían mucho de mi tiempo. Bueno, no, no consumían, pero a veces me gusta sonar nerd.


También podría decir que tengo bloqueo de escritor y sonar cool; además así todos tendrían compasión y piedad de mí, porque, todos saben lo horrible que es el bloqueo de escritor. Momento, no todos lo saben, porque no todos son escritores, también hay pseudoescritores, como Nayo así que supongo que el tiene intento de pseudobloqueo de pseudoescritor...o no sé, debrayo.


O puedo inventarme una historia sobre cómo fui raptada/secuestrada por zombies pensantes y sobre lo feliz que soy de haber podido matar zombies.
Sinceramente, me ausenté porque tenía que ir a Marte a regar las cenizas de mi difunto gato imaginario y ustedes saben que esos viajes no son nada cortos ni fáciles.


No, la verdad es que sí fue porque estaba en exámenes; pero ya no sé si ésta soy yo tratando de sonar nerd de nuevo o en verdad fue eso, no sé, ni yo me entiendo y eso llega a ser sumamente estresante en...situaciones de estrés.
Así que supongo que por eso he dicho tantas incoherencias el día de hoy...incoherencias como la anterior, porque las he escrito, no dicho; pero bah, se entiende... y prometo intentar volver con algo decente cuando mi cerebro recupere su esponjosidad.









28 de noviembre de 2010

Más asesinatos.

Asesinato #2
La cajera de un Oxxo.
Siendo un poco más fría, y matarla por matarla, porque no tengo nada mejor que hacer.
Es en la madrugada, y ella tiene el turno de noche, es una mujer pequeña, delgadísima, pálida e indefensa; la piel se le pega a los huesos, luce cansada. 
Como es de noche, únicamente tiene la ventanilla abierta y así atenderá a todos sus clientes madrugadores. Menos a mí.


Pongo cara de mujer inocente, le imploro que me deje entrar, que es necesario, que debo usar el baño, sí, el baño. 
La mujer duda un poco, pero después de convencerse de que no le haré nada, me deja entrar. Gran error.
Pretendo que uso el baño, salgo, comienzo a hablarle sobre el frío que hace, nos quedamos platicando, cuando menos se lo espera, azoto su cabeza contra la pared y queda inconsciente.


Mientras está inconsciente, le amarro las manos y los pies, le cubro la boca y nos encierro en una especie de bodeguilla. Espero a que despierte, tiene que estar conciente.


Después de 20 minutos ella despierta, desorientada y asustada; me mira, sé que me reconoce, trata de moverse, oh, sorpresa, no puede, está amarrada.
Me acerco, miro su cara y sus ojos llenos de terror, inundándose con lágrimas, intenta gritar pero tampoco puede, me imagino su frustración, no quisiera estar en su lugar.
 Tomo un cuchillo y acaricio su garganta con éste, ella trata de gritar, se desespera, pero no se puede mover, no puede pedir ayuda, sólo puede ver y sobre todo, sentir cómo lentamente la mato.


Comienzo rebanando un poco de piel de su brazo, y continúo, haciendo heridas más largas y profundas, heridas que suben hacia sus hombros mientras su piel blanca y brillante, su piel en la que se transparentan las venas, su piel delgada, se llena de sangre, de sangre roja, tan viva, tan intensa que logra opacar la luz de su piel, y poco a poco se tiñe.
Hago lo mismo con el otro brazo, consiguiendo ese efecto tan extasiante al ver su sangre brotar, al mirar sus ojos lagrimeantes llenos de terror y angustia.


Después comienzo a hacer cortes pequeños y superficiales en su abdomen, ella me sigue mirando con terror; me acerco y le doy mi mirada más malévola, mi expresión más enferma. Tomo de nuevo mi cuchillo y hago heridas más profundas en su abdomen, haciéndola dar gritos ahogados, retorciéndose, tratando de escapar, tratando de hacer lo imposible. 
Veo que en la bodega hay limones. ¿Por qué habrían limones? No lo sé, pero serán útiles. Parto uno de ellos a la mitad y lo exprimo sobre sus heridas, lo unto en su piel roja, hago presión para que sienta más el dolor.
Ella se ahoga en sus gritos, llora, solloza, su mirada cada vez más llena de terror, su mirada de perro triste, comienza a hartarme, comienza a hacerme querer matarla más rápido, pero no, no sufriría suficiente.


Quiero que quite esa mirada de su cara. Parto otro limón y cada mitad la exprimo en sus ojos; bien, parece que le ha dolido, se retuerce más, grita más,  y sus ojos ya no se abren, ahora sólo los aprieta con fuerza.
Pongo el cuchillo en su garganta de nuevo, lo paso por encima lentamente y sin fuerza, para después volver a hacerlo, lentamente de nuevo, pero con mucha, mucha fuerza, suficiente como para que ahora pueda ver sus músculos y pueda ver la intensidad con la que sale su sangre.


Finalmente decido que es hora de usar el cuchillo verticalmente, y la apuñalo, lo hago con fuerza y con rabia, una rabia innecesaria pero que sin embargo se encontraba en mí, convirtiéndose en furia, tomo una botella de cerveza, la rompo y sigo apuñalando más rápido y con más fuerza, ahora utilizando esos pedazos de botella, hasta que su sangre salpica en mi cara. 
Me tranquilizo lentamente y corro por el bote de gasolina, lo vierto sobre su hermoso y rojo cadáver, sobre el inundado piso. Quién diría que tanta sangre saldría de una persona tan diminuta. Sigo vertiendo la gasolina por todo el local, y finalmente, lanzo un cerillo mientras me alejo.


Se creará un gran incendio, uno que despertará a los vecinos, pero sé que nadie encontrará mi culpabilidad, la policía no investigará el incidente, la policía estará demasiado ocupada comprando donas.



26 de noviembre de 2010

Sobre carreras y zombies.

Hace un par de semanas, subía las escaleras de mi reclusorio escuela junto a Pann y mi amiga a quien desde ahora llamaremos Espíritu.


-"Creo que sí me voy a ir a área 4". Dijo Espíritu, de la nada.
Estamos en la época donde se acerca la fecha en la que tenemos que escoger un "área" por eso de la universidad y esas cosas, entonces la mayoría de la gente está dudando sobre a lo que se quiere dedicar por el resto de su vida.
-"No, vete a área 2. ¡La química es hermosa!" Replicó Pann para continuar con nuestra grandiosa plática preparatoriana sobre áreas y carreras.
Yo también pensaba irme a área 2, pero como buena mujer indecisa, ya no tengo idea de lo que voy a estudiar.
Carajo, hace algunos meses estaba totalmente segura de que quería estudiar medicina.
-"Yo ya no sé a qué me voy a dedicar" Dije, mirando hacia el piso; guardé silencio unos segundos y continué "No, esperen, tengo la mejor carrera de todas: Voy a ser asesina de zombies". Dije mientras mataba con mi metralleta invisible a la bola de niños abercrombie que subían por las escaleras junto a nosotros.
"Tienes problemas" Dijo Pann, después de mirarme unos segundos.
"Me lo han dicho" Dije sonriendo.


Y definitivamente sería una de las carreras más divertidas. ¿Quién no quisiera dedicarse a matar zombies?
Pero como aún falta mucho para que los zombies nos invadan (porque eventualmente lo harán, claro) decidí algo mejor: Voy a ser asesina, asesina a sueldo.
Me pagan por matar gente, genial ¿no?. Sólo requiero de un poco de creatividad y discreción, y así conseguiré el mejor trabajo de todos. Ya puedo imaginar mis asesinatos.


Asesinato #1
Bien, soy principiante, nunca antes he matado a nadie, necesito algo simple y fácil, que no llame mucho la atención, pues no tengo mucha experiencia y no quiero terminar en la cárcel.
Uso guantes de látex, un gorro y ropa oscura. Llego a la casa de la víctima, la investigué, es un hombre que vive solo, trabaja en el aeropuerto por las mañanas, sufre de trastorno bipolar, trata su problema con cápsulas de litio, es obsesivo compulsivo, tiene un gato; por alguna razón alguien quiere que lo mate y me pagará por eso. Bien por mí.


5:30 am, se acaba de ir al trabajo, brinco la reja de su casa y saco la copia de la llave de la puerta principal que guarda bajo el tapete. Entro.
Siempre tiene un empaque de cápsulas de litio en su mesa de noche, por alguna razón separa sus medicamentos en varios botes y los toma según la hora del día que sea; ese es su bote para la noche.
Saco todas sus cápsulas de ese bote y las pongo en una bolsa de plástico, guardo la bolsa. En seguida meto otras pastillas en su bote, el número exacto de pastillas que tenía antes, pero esta vez son pastillas de cianuro.


Tan sólo 50g de cianuro serán suficientes. Ese hombre se tomará sus pastillas por la noche, y en los siguientes 50 minutos comenzará a tener dolor de cabeza, náuseas, mareos, debilidad, para finalmente sentir como sus células empiezan a morir, se le dificultará cada vez más respirar, se sentirá pesado, se pondrá azul poco a poco hasta que finalmente muera lentamente de un paro respiratorio.


Pagaría por quedarme a ver cómo muere, cómo deja de respirar, cómo se desespera, o simplemente podría hacerlo, escondiéndome en su casa, en algún lugar estratégico.


Vuelvo al día siguiente para cerciorarme de que esté muerto, meto el cuerpo en una bolsa de la basura y días después lo entierro en Tijuana.




Volveré con más asesinatos.

21 de noviembre de 2010

No tiene nada que ver con mi falta de creatividad para un título.

Con lo amargosa que soy no me está agradando mucho escuchar de nuevo por todos lados canciones cascabeleras y voces "angelicales" navideñas. 


Ver árboles de navidad por todos lados, ofertas, y lugares que aseguran mostrarte "la magia de la Navidad", supermercados que comienzan con sus ofertas de juguetes y niños en pancartas gigantes promocionandolos, adornos y gorros de Santa Claus en los locales, festivales en la tele con artistas piteros invitados, verlos sonreír falsamente mientras hacen playback, ver que de repente todo tiene un copo de nieve dibujado en donde sea, y todo es rojo, blanco y verde; gente, mucha mucha gente en los centros comerciales, la gente gorda que no te deja caminar, y los niños gritando por todos lados.


Épocas que pretenden ser de lo más felices y mágicas; pero mágicamente a todos nos llega la melancolía y las ganas de volver atrás, a "tiempos mejores" que en realidad tal vez sólo idealizamos para creer que nuestro pasado fue bonito alguna vez y que no siempre fuimos tan miserables.
Curiosamente sólo en éstas épocas nos acordamos de nuestros seres queridos que hace tanto que no vemos y pretendemos valorar lo que tenemos y no sé cuántas patrañas que se nos olvidan a los dos días.
Curiosamente somos hipócritas.


Y es aquí cuando nos damos cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, cuando en Marzo decíamos "llevamos 3 meses del año" y ahora decimos "falta un mes para que se acabe el año". Eso me asusta, lo rápido que pasa el tiempo y lo rápido que cambian las cosas, porque naturalmente siempre le tendremos miedo al cambio, ya sea bueno o malo, siempre desconfiamos de lo que vendrá. Niéguenlo.


Comenzamos a pensar lo diferentes que eran las cosas hace un año, hace un cortísimo año, la manera en que cambiamos nosotros, los demás y las cosas; la manera en que volteas y todo ha cambiado tan rápido, y sólo quedas aturdido.


No soy fan de estas épocas, estas engentadas, consumistas, y brillantosas épocas, estas épocas donde ya no hay cadáveres para diseccionar, épocas de pavos cocinados y pinos con luces.


Mi consuelo es que va a hacer mucho, mucho frío. Oh sí.
Caray, pero qué quejumbrosa soy, juro que no soy TAN amargada.

18 de noviembre de 2010

Dear Whoever:

Aprovechando que uso mi blog para desahogarme y escribir lo primero que venga a mi mente, aquí está todo lo que quisiera decir y nunca dije:


No-tan-querida gente: Por favor, dejen de ser tan ridículos y pretenciosos, porque todo eso que creen que son, ¡sorpresa! no lo son; así que dejen de hacerse idiotas y dejen de intentar llamar la atención todo el tiempo, dejen de creer que son el centro de la vida de los demás porque no-lo-son. Se preocupan demasiado por lo que piensen los otros cuando ellos están demasiado concentrados en sí mismos como para voltear a verlos.
Son realmente idiotas y huecos, cada vez menos civilizados, cada vez pretendiendo que lo son aún más.
Dejen de gritar y de ser tan...zombies, (perdón por la ofensa, queridos zombies) tan instintivos, tan vacíos, tan materialistas, tan estúpidos.


Querida Dama: No sé si has notado que la mirada de asco con la que te diriges a mi realmente no me causa ningún efecto, así que puedes dejar de comportarte falsamente conmigo, porque creo que estamos más lejos que cerca. Te quiero, pero a veces creo que comienzas a caerme no-tan-bien.


Queridas 4 odiosas personas y quien se quiera identificar: Esto va para todos, porque no quiero gastar espacio ni palabras en cada uno de ustedes.  Si la hipocresía tuviera 4 cabezas, definitivamente tendrían sus caras; sus redondas, asquerosas y gordas caras, merecen que los secuestre y los torture lentamente a cada uno de ustedes para después, matarlos de las maneras más divertidas que existen y venderlos en tacos o bañarlos en ácido.
Ok, tal vez eso último fue un poco enfermo, pero admitámoslo, suena divertido.


Querido Hombre de las Ovejas: Lamento haberte lastimado alguna vez, sé que lo sabes, y la gente se encarga de recordarmelo todo el tiempo (o tal vez sólo soy yo...meh). A pesar del tiempo, sí, me sigo sintiendo mal, pero lamento el hecho de que mis inseguridades no me hayan dejado ser realmente yo misma contigo, a pesar de que sabía que jamás me juzgarías, lamento haberte decepcionado si es que lo hice, lamento no haber podido prolongar mis sentimientos. Espero que algún día podamos ser amigos.


Querida RAE: ¿Cuál es la maldita necesidad de andar cambiando reglas? Estábamos bien como estábamos, el español es hermoso, pero ya no tanto cuando le quitas sus lindos acentos para diferenciar ciertas palabras.
Y si lo hacen "por los demás" pues que flojos y analfabetas los demás como para hacer que cambien reglas u_u


Queridos Lectores: Gracias por leer, ja.

15 de noviembre de 2010

Formaldehído.

De nuevo me encontraba tratando de ubicar el momento.
Algo que no me sirve de nada realmente, debería de empezar a actuar en lugar de seguir buscando, pero creo que es como esas dudas, que no puedes dormir sin antes haberlas resuelto.


Y una vez más recordé, un año atrás, con el frío que no era tan frío, sudaderas rojas, sol de las 10 de la mañana y viajes analíticos en metro. Me acuerdo y de inmediato me llega la nostalgia ¿por qué? no sé.
Y sigo caminando y puedo sentir claramente ese aire tan familiar, esa sensación de querer llegar a casa y  la vez no, también puedo ver el momento en que me obsesioné por los zombies, oh sí, hace un año.


Olores y conversaciones perdidas, caminatas largas y preguntas existenciales mientras pasaba por los parques, y ese olor, el olor a cadáver, el olor a formol (sí, qué romántico), lo recuerdo y puedo sentir en mi cara esa sonrisa amarga, recordando las épocas de hace un año, cuando iba de colada a las clases de anatomía mi hermana, caminando feliz, pero llega la amargura cuando anhelo, cuando anhelo volver a ser así, sin que me importara quien fuera yo, sin que yo tuviera idea de lo que fuera, pero aún así, no me importaba; es cuando me pregunto ¿qué pasó?


Y por feo que suene, ese olor a formol/muerte/cadáver ha estado viniendo a mi en estas últimas semanas y me puedo perder en él y en sus imágenes, en la incoherencia de las cosas, sonrisas colmilludas, platicas sobre pollitos, psicología, magia en el aire o aire en la magia, cadáveres... y así me quedo pensando y recordando por horas, y horas, y horas.


Un año atrás ¿qué cambió? incluso fue ahí la creación de uno de mis malos hábitos, pero yo seguía feliz.
Claro, han cambiado muchísimas cosas, pero la mayoría para bien, entonces ¿qué cambió para que ya no me sintiera tan bien?


Me prometo encontrar ese momento, porque a veces ya no sé ni quién soy.
Trataba de ubicar el momento.
What am i missing?




Prometo dejar de sonar tan emo y escribir algo decente

12 de noviembre de 2010

Sofía.

Ya que es época de zombies (y que no tengo ideas para publicar sobre algo decente), recordé un pseudorelato que escribí hace un año para el blog de Blaine.


Verán, Blaine escribió Las Crónicas del Día Z, eran relatos sobre una invasión zombie (¡Qué novedad!) y en algún momento de obsesión decidí escribir un capítulo extra para Blaine.


Éstas son las partes de su relato, están al final de cada entrada.
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
Parte 5
Parte 6 ... ésta no la pongo porque es la que está abajo.
Parte 7


Espero haber puesto bien los links, en fin, el punto era que como no tengo nada mejor que publicar, voy a poner la parte que yo escribí para Blaine, sólo para entretener.


"Las crónicas del día "Z""
SOFÍA



Yo no conocí el mundo normal.

Bueno, lo que mis padres llamaban normal, pues para mí, esto siempre fue normal, vivir escondiéndome de los no muertos, estar encerrada en un cuarto las 24 horas, comer cada 3° día, esto es normal para mí, pues no conozco otro modo de vida.

Nací 3 años después de que comenzara la infección. Vivíamos en una pequeña pero resistente casa en el centro de Zacatecas.

Mi hermano mayor sí llegó a conocer el mundo “tranquilo”, como las cosas eran antes, pero era demasiado pequeño como para recordar.

No conozco la televisión, ni las computadoras, centros comerciales, fiestas, no conozco otros animales fuera de ratas, perros o gatos, no sé cómo es un león, aunque mi padre siempre me dijo que mi cabello era como el de ellos: ondulado y esponjado.

No tengo amigos, pues, jamás socialicé con nadie más que no fueran mis padres o mi hermano, sólo conozco mi instinto primordial de supervivencia.

Antes de todo esto, mi madre era abogada y mi padre médico, se amaban demasiado, mi hermano, Santiago, el siempre fue un gran protector y guardián de la familia, siempre siendo tan simpático, irónico, exterminando sin piedad a los no muertos.

Su mejor jugada fue hace unos 6 meses, estábamos hambrientos, lo más fácil de conseguir para comer eran hojas de los árboles o ratas. Teníamos árboles en nuestro jardín, todo por sobrevivir, el problema: el jardín estaba lleno de no muertos, podíamos escucharlos gemir, rascar las paredes y chocar sus putrefactos cuerpos entre sí. Por lo general yo casi no dormía pues me atemorizaba cada noche el hecho de estar rodeada de esas criaturas, y podrían entrar en cualquier momento, pero para Santiago eso no significaba nada, él no le tenía respeto a esas cosas, para el eran tan patéticas, insignificantes, por eso ese día decidió salir…sólo queríamos hojas de árboles.

Tomó un viejo machete y un enorme cuchillo de cocina, y echando un macabro vistazo hacia nosotros, con una tierna sonrisa dijo –“Ahora vuelvo”. Y salió.

Como cada vez que Santiago salía, yo no pude quedarme tranquila, escuchando matar a esos engendros, gritando, burlándose de ellos.

Santiago gritó.

Pero no fue un grito usual, lleno de su burla sarcástica, fue un grito de dolor, de desesperación, de auxilio. Sin pensarlo, abrí la puerta y me animé a salir para llegar hacia mi hermano, para ayudarlo. Los no muertos comenzaban a verme, estaban a unos pocos metros de mí, no me importaba, yo solo quería ir con mi hermano.

Pero sentí una mano que jaló mi brazo, yo no había logrado avanzar ni 3 metros, era mi madre que me miraba con terror y tristeza a la vez, ella repetía –“No Sofía, no vayas, no vayas, quédate, ya no podemos hacer nada”.

Mire hacia mi derecha, vi a los no muertos alrededor de Santiago, atacándolo, poco a poco se formaba un charco de sangre debajo de él. Estaba tan hipnotizada por la imagen que acababa de ver, que no noté algo peor.

Había llegado un no muerto por detrás de mi madre, su cara desfigurada, sus músculos descubiertos, sus piernas mostrando parte de sus huesos, y de inmediato mordió su cuello, la piel blanca de mi madre comenzó a pintarse de rojo, solo pude ver su mirada atemorizada, suplicando vida, y escuché su grito sofocado antes de que mi padre me metiera a la casa, no sin antes darle un balazo en la frente a mi madre.

Caí de rodillas y comencé a llorar, mi padre entró y se aseguro de haber cerrado con llave la puerta de metal. Mientras me abrazaba decía –“Calma ya, teníamos que evitar su sufrimiento, calma… y así pasaron las horas hasta que él se quedó dormido”.

Yo no pude dormir, por la tristeza, y por escucharlos afuera de nuevo, gimiendo y rascando, solo que ahora era diferente, entre ellos estaba Santiago.

-“¿Están felices bastardos? Se llevaron lo que más me importaba, ¿Están felices?” Susurré con furia mientras lloraba, lloré y lloré hasta que alrededor de las 7:00 am logre conciliar el sueño.

Pasaron 6 meses, solo estábamos mi padre y yo, nos volvíamos más cercanos cada vez, probablemente porque no había nadie más, platicábamos mucho y recordábamos juntos a mi madre y a mi hermano, intercambiando miradas desoladas para después cambiar drásticamente de tema pretendiendo que nada de eso nos afectaba. Como una niña pequeña, alguna vez le pregunté.

-“Sinceramente, ¿Algún día crees que todo esto acabe? ¿Crees que vamos a sobrevivir? Han pasado 20 años, algún día tendremos que enfrentar la realidad”.

Mi padre no supo responder, s
ólo comenzó a hablar de otra cosa.

Un buen día decidimos salir, ya casi no había zombies por aquí, quedaban unos pocos, se iban poco a poco pues mi padre y yo hacíamos el mínimo de ruido posible y nos manteníamos encerrados en el cuarto más lejano a la puerta, podíamos matar a los no muertos que quedaban con facilidad si éramos rápidos y agiles. Queríamos escapar, buscar sobrevivientes.

Cuando abrimos la puerta, inmediatamente los no muertos notaron nuestra presencia, mi padre tomó un cuchillo y yo un machete y tratamos de correr mientras nos perseguían, algunos torpemente arrastrándose y otros caminando con rapidez, mi padre y yo golpeábamos a quienes se nos acercaban, la adrenalina nos hacía atravesar sus sangrientas cabezas con más facilidad, de repente, y de la nada, mi padre se quedó atrás.

-“Ayúdame”. Susurró, un no muerto estaba encima de él, aún no lo mordía, corrí con todas mis fuerzas y pateé la cabeza de ese ser demoniaco quien sólo se entorpeció, pero le dio suficiente tiempo a mi padre para levantarse y correr.

-“Regresemos a casa”. Me dijo. Corrimos de regreso, pisando cadáveres y matando más zombies, estábamos a 5 metros de la puerta, y mordieron a mi padre.

Grité, grité desesperadamente, yo tenía demasiada rabia, rencor y tristeza hacia esos estúpidos seres que habían arruinado mi existencia, ¿No les bastaba con llevarse a mi hermano y a mi madre? Mientras gritaba, comencé a matar, o al menos dejar lisiados a algunos de esos seres, mientras mi padre entraba a la casa de nuevo.

Cuando yo también entraba me tropecé y me lastime el tobillo, me dolió demasiado, pero ya nada importaba, mi padre me esperaba tirado en el piso con mirada de desesperanza y derrota.

-“Sabes lo que tengo que hacer ahora”. Me dijo, yo trataba de no llorar, pero en cuanto corrí a abrazarlo, no pude más. -“Tienes que ser fuerte, tienes que luchar Sofía, por favor, lucha”.

Él tenía 2 pistolas, me dio una y me dejó cartuchos.

-“Te amo Sofía, no lo olvides jamás”. Me dijo mientras me abrazaba por última vez. Luego, salió de la casa, pasó medio minuto y escuché un único disparo. Supe que se había ido para siempre, y toda mi familia también, yo no sabía cómo continuar, cómo luchar.


Una semana después, decidí salir, simplemente salir, intentar escapar, llegar a un destino inesperado, encontrar a alguien, ver hasta dónde podía llegar sin morir, de todas formas, algún día tendría que morir.

Quedaban menos no muertos cada vez, yo miraba por la ventana, y fue ahí cuando sucedió, escuche el motor de un auto. Salí de casa cojeando aún por mi tobillo lastimado, quedaban unos 3 no muertos, solo les rompí la espalda, no podía hacer mucho.

Entonces vi ese camión, era un camión de ADO pero tenía pintadas con aerosol las siglas EFEM, se asomó un chico de unos 24 años, piel blanca y cabello café, y disparó en mi dirección.

Apenas pude esquivar esa bala, escuche que ese chico hablaba con alguien más, y el camión se detuvo…


8 de noviembre de 2010

Nudo en la garganta.

El que no me deja hablar ni respirar, el que me hace anhelar y confundir, el que no me deja dormir, el que me hace despertar con lágrimas.


El nudo que se rehúsa a convertirse en llanto, pero me sigue ahogando, me sigue atormentando, me quiere hacer gritar.


El nudo de los recuerdos y emociones, el nudo que me hace dudar, el nudo compartido, el nudo que no me deja mirar.


El nudo que me quita fuerzas, que muestra mi fragilidad, el que me incita a correr y gritar, el que no puedo ocultar.


El nudo que tanto odio, y me hace odiarme tanto a mí, el que me convierte en fantasma, el que me hace pretender, el que me llena de memorias, el que hace que todo sea borroso.


El nudo que me lleva a dormir, ignorar y esconder, el que me detiene y me controla.


El nudo en la garganta que quiero matar.


Sin embargo no puedo vivir sin él.

4 de noviembre de 2010

Algunos años más tarde...

Recuerdo cuando era una niña de unos 6 ó 7 años, me encantaban los hámsters, no me gustaba comer, quería ser veterinaria, me preguntaba por qué había nacido yo y no alguien más, a cada rato me dejaba de hablar con mis "amigas", era callada, bien portada y lloraba por todo. Más que nada eso me definía.


Recuerdo que el tiempo para mí era lentísimo, y veía tan lejano el día en que cumpliera 10, 15, 20 años, veía lejano el día en que entrara a la secundaria, a prepa, el día en que llegáramos al 2010, 2011, 2012, el día en que llegara el apocalipsis zombie...


Recuerdo que al parecer no tenía nada mejor que hacer y debrayaba, como siempre, debrayaba e imaginaba.
Recuerdo que imaginaba cómo sería mi vida cuando tuviera unos 16 años, me imaginaba como una chica guapa, inteligente, delgada, madura, fuerte, y por alguna extraña razón siempre me visualicé peinada con una cola de caballo y con una playera negra de manga larga; sin embargo nunca podía imaginar mi cara, sólo recuerdo que creía que usaría labiales oscuros.


Me veía como una chica hábil, fuerte emocionalmente, feliz y agradable, alguien que caminaría sin pena, que correría con la ligereza de una pluma, que se detendría en la calle a dar vueltas por ahí, para después caer rendida al pasto y divertirse con las nubes, decía que para ese entonces, ya habría viajado a Europa, me habría enamorado con el alma, sería algo parecido a una princesa, sería una experta tocando la guitarra, podría ser actriz, ya sabría que sería de mi vida futura, tendría millones de habilidades, y ya habría realizado más de la mitad de las cosas que siempre había querido hacer.


 Veía todo eso tan lejano, creía que a los 16 años ya estaría a la mitad del camino de mi vida, porque yo sentía que podía morir en cualquier momento y que tenía que apurarme a hacer muchas cosas antes de morir. Creía que la adolescencia sería una etapa muy grande, de locura, risas y amores, mañanas anaranjadas y tardes rojas, una etapa algo patética que aún tardaría mucho en llegar, porque para mi el tiempo era eterno.
En lo que uno piensa cuando tiene 6 ó 7 años...


Hoy cumplo 16 años.


No soy tan madura, fuerte ni inteligente como creí que sería, uso colas de caballo y playeras negras de manga larga, no soy experta en guitarra, no soy actriz, sigo siendo muy llorona y ya no quiero ser veterinaria, estoy enamorada, ya viajé a Europa, no soy una princesa, soy más bien un zombie muy, muy raro, sigo siendo tímida y callada, soy feliz pero amargosa, camino sin pena, no corro con la ligereza de una pluma, ni me detengo a dar vueltas por ahí para dejar que el pasto me derrumbe y las nubes me distraigan, tengo habilidades y no he hecho ni la mitad de las cosas que siempre he querido hacer.


Sería un buen tiempo para comenzar, pero me decepciona darme cuenta de que he esperado tanto, supongo que con esto de cumplir años se cierra un ciclo, un ciclo personal más importante que año nuevo y esas cosas; un ciclo donde, de alguna manera, siento que puedo comenzar desde cero. O tal vez no.
Tal vez puedo comenzar desde cero cualquier otro día, pero supongo que un cumpleaños es más simbólico aunque no a todo mundo le importe, pero hey, sigo en este mundo, al menos para mí, debe ser razón para celebrar, aunque a veces mis cumpleaños pasan ligeramente desapercibidos hasta para mi, sin la sensación de "Hey, cumplo un año más".


Pero el punto es que a pesar del tiempo, aún no sé realmente quién soy ni qué rayos hago aquí, no sé definirme a mí misma, ni a mi felicidad ni mi tristeza, no sé si siempre seré lo que soy o si cambiaré para bien o para mal, y probablemente ni siquiera sepa lo que quiero; esas son unas de las cosas que quisiera descifrar, pero en fin.


Feliz cumpleaños, Mystique :)
Sólo porque es mi cumpleaños, espero que Frank por fin aparezca en el closet, o mínimo en el baño.

28 de octubre de 2010

Sólo un poco.

-"¿Por qué siempre parece que estás seria, enojada o deprimida?" Me preguntó mi alumna de 10 años interrumpiendo mi momento de quedarme ida.
-"Huh?"
-"Sí, parece como si siempre estuvieras enojada, además, ¿Por qué siempre te tienes que vestir de negro?"
-"Estás en tu clase de francés, no de psicología" Le dije, mientras la ignoraba y continuaba con mi clase.


Pero me dejó pensando. Ella también lo notaba y justo ese día 3 personas me habían dicho que ya no era feliz como antes. Bueno, minutos después me atacó con un plumón rojo que no se quita muy fácil (Ajá, así de grande es el respeto que me tienen mis alumnos) así que no sabría si confiar en su percepción.
El punto es que entre esas personas que me lo dijeron, está mi hermana.
Mi hermana me conoce mejor que nadie en éste mundo y por muy indiferente que yo sea, sabe cuando estoy feliz, cuando tengo flojera, cuando estoy triste, cuando estoy enojada, y basta una sola mirada para decirle que tengo hambre y sepa exactamente lo que quiero.


Así que para que mi hermana me diga que en mi tono de voz se nota una hueva impresionante, que mi cara se ve así-->> ¬¬  que le es difícil acostumbrarse a mis cambios, que cada día me aíslo más es porque en verdad es notorio.
¿En serio he cambiado tanto? ¿En serio se ha ido parte de mi felicidad?


Me recuerdo hace 6 meses, creo que soy muy parecida a lo que soy ahora, no pude haber cambiado mucho, o tal vez sí. Hace 6 meses era una chica más rosa que contaba calorías (hábito que perdí gracias a que me alimentaran como cerdo en una playa) caminaba por esos parques y le era más fácil reírse de la vida.
Un momento...justo ayer me dio un inmenso ataque de risa a media clase de matemáticas, supongo que no me es tan difícil reír... meh.


Pero, ¿Entonces cuál es la causa de mi ausencia de sonrisa y mi según amargura? ¿Decepción? ¿Pero de qué? Realmente no tengo razones. 
¿Crisis existencial? Mmmm, neh.
¿Falta de interés por...todo? Tal vez, digo, realmente nada me apasiona en estos momentos. ¿Qué me apasionará? ¿Los zombies? ¿Hacer sonidos de ballena, mono y aves a media clase? ¿Frank? ¿Dormir? En realidad no lo sé


Lo cierto es que no tengo buenas razones para ser así de amargosa, pero supongo que con el simple hecho de ser mujer, nos complicamos la vida y hacemos drama por todo, así que tal vez es así de simple: soy mujer.
Al final creo que sí soy una típica adolescente, una típica quinceañera que se encierra con su música, se aísla en su cuarto, responde con monosílabos y lo exagera todo.


Supongo que es normal ser amargosa de vez en cuando... Espero.


Extraño un poco a la chica de hace 6 meses. La chica que solía ser yo.
Sólo un poco.

25 de octubre de 2010

Un blog más..

Así empieza otro blog con Solennon, Ninja Peruano, Monin e Israel.
Uno que espero no se quede abandonado como "Pseudocuentos de un pseudoescritor"
Pero en fin, sólo les digo que pasen a verlo y que hoy es Lunes Místico, ja.


Espacio en Blanco.


Es la entrada con más links que he publicado en toda mi vida, ja.

22 de octubre de 2010

Abbey Road.

Hace algunos días, un gatonejo me reclamaba y restregaba en la cara la mala acción que cometí al haber viajado a Londres y no haber ido a Abbey Road, dice que es realmente una estupidez que no haya visitado un lugar tan épico como Abbey Road. Bueno, también me reclama que el cabello me cae en la cara, que accidentalmente lo pateo en los riñones, que soy una amargada, que me duermo temprano y que me cohíbo si me ve comiendo.


Pero en fin, el punto es que recordé la razón por la cual no visité Abbey Road. Recordé la razón por la cual no visité muchas cosas en Londres: Por culpa de algunos árabes que no sabían hablar y un taxista ratero. 


Verán, se supone que íbamos en grupo, ya ven, las veintitantas escuinclas quinceañeras que caminaban sin rumbo en Europa.
Bueno, de hecho sí caminábamos hacía un destino específico, teníamos un itinerario organizado, los guías que nos movían por todos lados y esas cosas, pero "caminar sin rumbo" suena más bonito que "viajar organizadamente"
En fin, después de viajar organizadamente al castillo de Windsor, nos dijeron que teníamos toda la tarde libre, para ir y vagar a donde fuera que quisiéramos ir, pero que teníamos que estar a determinada hora en Her Majesty's Theatre para ver El Fantasma de la Ópera.


De nuevo me encontraba con Topo, Muerta, Fallecida, Cabezarubia y Hermanadecabezarubia.
Bien, pensamos, teníamos suficiente tiempo como para ir a comprar recuerdos y estupideces, ir al Museo de Madame Tussauds, y precisamente, a Abbey Road, porque Cabezarubia quería que fuéramos a Abbey Road, y bueno, sí, a mi también me hubiera gustado ir, pero no era el fin del mundo si no iba.


Así que estuvimos recorriendo calles a lo estúpido, comprando recuerditos estúpidos y esas cosas, pero el tiempo pasa estúpidamente rápido, y vimos que si queríamos ir al Museo de Madame Tussauds debíamos irnos ya.
Pero en el camino Cabezarubia y Hermanadecabezarubia se quedaron en una tienda de ropa o algo así, como sabíamos que se iban a tardar muchísimo, las abandonamos sutilmente y fuimos a otra tienda a preguntar cómo podíamos llegar al museo.


Para mi desgracia y mi mala suerte de encontrarme con árabes todo el tiempo, la tienda estaba llena de señores árabes panzones.
Yo sabía que los árabes tenían un acento diferente, pero no sabía que sería tan incomprensible. Creo que domino el inglés bastante bien, pero tuve mis dudas cuando tuve que pedirle al señor árabe panzón que repitiera lo que me decía unas 3 veces más.
Estúpidos árabes.


¿En qué estaba antes de odiar a los árabes?
Ah, sí, en preguntarle al señor árabe cómo podíamos llegar al museo. Pues bien, le preguntamos y después de intentos por comprenderlo, nos dijo que primero teníamos que ir a Picadilly Circus y después cruzar alguna calle cuyo nombre no recuerdo.
Ajá, ahora el punto era llegar a Picadilly Circus, el plan era llegar caminando si la distancia era razonable, porque ahí, sí, los taxis son Mercedes pero te cobran como si te hubieran regresado a tu rancho. Pero después de otras preguntas a ingleses desconocidos, nos quedó claro que debíamos tomar un taxi.


Le preguntamos a un taxista que se encontraba estacionado por allí que si nos podía llevar a Picadilly Circus, y muy amargamente nos dijo que no, porque no tenía tiempo.
Caray, tan poco tiempo tenía que estaba tranquilamente estacionado antes y después de que llegáramos nosotras...
Encontramos otro taxi que al parecer sí tenía suficiente tiempo, y nos llevó a Picadilly Circus, también nos cobró 12 Euros.
Ya que no recordábamos el nombre de la calle que teníamos que cruzar para llegar al museo, le preguntamos a una señora que iba caminando por ahí, pero ¡Oh, sorpresa! El señor árabe nos había timado; el Museo de Madame Tussauds  no quedaba cruzando la calle, había que tomar OTRO taxi.


Pero en lo que buscábamos un taxi nos distrajimos con.. la verdad no recuerdo, probablemente alguna pelusilla que iba volando por allí y decidimos perseguirla, o tal vez algún árabe panzón que decidimos seguir para golpearlo y vengarnos del otro árabe...a distancia, ya ven que todos los árabes son como que uno mismo y si golpeas a uno, todos sienten el golpe, oh esperen, esos no son los árabes.
Tal vez nos distrajimos con algún zombie que iba caminando por allí y decidimos que debíamos correr, no para escondernos, más bien para buscar una pistola o algo así y matarlo divertidamente.
O tal vez fue porque Frank apareció y vino a revelarnos los secretos más ocultos del mundo y quedamos todos en trance mientras el viento tomaba una fuerza impresionante y giraba al rededor de todos nosotros mientras las hojas de los árboles se caían y volaban por ahí.
O tal vez a la vuelta de la esquina me topé con el amor a primera vista, el chico de la bicicleta y el extraño intercambio de miradas intensas...Ah no, eso fue en Florencia, en fin.
Cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde y teníamos que volver a Her Majesty's Theatre lo antes posible, así que no, ni pudimos ir al Museo de Madame Tussauds, ni a Abbey Road, y a ningún otro lado.
Además de que nos cobraron otros 15 Euros.
Y así fue como aproveché muy mal mi tiempo en Londres...pero hey, al menos vi el Fantasma de la Ópera.
Sí, miento, me la pasé genial anyway.


Mugres árabes.





17 de octubre de 2010

Y nadie más será miserable, gusaneada y pisoteada.



EDIT: Interesados en algún blog colectivo, favor de pasar al blog de Solennon, quien recluta bloggers para crear uno. En su blog hay especificaciones y todo eso.


"Tú y tu hipocresía, tu saludo falso, tus palabras negras.


Tú, tan pequeña y obesa; tú y tu nariz de pato. Tú y tus amigas hipócritas, tus manipulaciones, tu horrible personalidad, los fideos que caminan junto a ti, tu risa aguda, tu voz insoportable.
Tú y tus lentes pesados, tu pose de prostituta, tus mentiras patéticas; tú y tu pequeño ego, tu miserable vida, tu necesidad por arruinar a los demás.
Tú y tu patético reggaeton, tu pésima ortografía, tus estrellitas por todos lados, tu vestimenta coloridamente patética, tú y tu hueca cabecita.


Pequeña reina, intento de persona, te gritaría, te mataría con mis propios puños, te enterraría mis garras deleitándome, extasiándome al ver tu sangre brotando, viéndote caer, sintiéndote sufrir.
Algo que sería mejor, sería sacarte los ojos, y en los huecos que han quedado, poner un par de limones partidos a la mitad, ¿Qué tal se siente eso?
O tal vez arrancar tu piel, lentamente, mientras te miro sufrir, gritar, agonizar. En fin, debrayo.


Prefiero que te caigas lentamente de unas escaleras mientras te pudres un poco más rápido, que a la mitad del camino te encuentres un vaso de vidrio, lo rompas con tu grasa mientras se te entierran los vidrios, al bajar rodando se estrelle tu cabeza contra un poste, aplastándose, y a pesar de eso, espero que sobrevivas, para que continúes sufriendo, para que no sólo me des lástima a mi, quiero que los demás también gocen, quiero que se burlen de ti como yo lo hago, quiero que ellos te pisoteen, porque yo no me voy a ensuciar los pies.




Oh no, nunca dije que sería sensata y te desearía cosas buenas después de tus estupideces.
Definitivamente esto no es odio, sólo desperté con ganas de hacerte miserable".


De: Nadie
Para: Nadie más

14 de octubre de 2010

100

Sí, por fin, con ésta ya tengo 100 entradas.


La verdad no tengo mucho que decir, no es como que con esto ya me sienta poderosa y pueda derrotar a Voldemort con un simple Wingardium Leviosa, tampoco siento que por esto, Frank va a decidirse a aparecer en mi closet, no, simplemente ahora son 100 debrayes que no tengo idea de cómo escribí, no sé de dónde saqué ideas.


Bueno, unas cuantas entradas son copy/paste de cosas inútiles con pretensiones de humor, otras son videos inútiles, posts de 3 líneas, faltas de ortografía, imágenes sin sentido, etcétera. Así que supongo que no es tan difícil llenar 100 entradas.


Me gustaría decir que nada de esto hubiera sido posible sin ustedes, pero supongo que de todas formas, aunque nadie me leyera, seguiría publicando.
Aunque es un gusto aún mayor escribir sabiendo que mis palabras van a llegar a alguien más, y sí, lo admito, me gusta que comenten y esas cosas, ja.
Gracias por tomarse su tiempo para entrar a leer y comentar cuando haya algo que decir, en serio, gracias.


En fin, 100 entradas, yay, no me siento diferente, ja, el blog tampoco se siente diferente, pero quería seguir la tradición de celebrar mis 100 debrayes.
Felicidades a mi, ja.

10 de octubre de 2010

Frío muerto.

Sonrío.


Debo confesar que Octubre y Noviembre son mis meses favoritos del año, por eso del clima, festividades muertas, el otoño, lo hermosa que se ve la Luna en éstas fechas y esas cosas.


Amo esas temporadas Halloweenezcas-Día de muertos-Emonavidad (Aunque definitivamente, prefiero día de muertos), con adornos morados, negros y naranjas por todos lados, películas malas de terror en televisión abierta, estrenos de películas malas de terror en el cine, gente disfrazada, calaveritas de azúcar, máscaras en la calle, sensación de espíritus, arañas, árboles hermosos, intentar cantar mientras toco la guitarra, el aire...


Zombies! Películas de zombies, gente vestida de zombie, ambiente zombie :) 
Ginger Snaps!!


Amo el clima, aunque en las mañanas haga un frío que haga que mis dientes choquen, que me haga temblar como si fuera epiléptica, que no me deje dormir, un frío que me hace desear estar en la playa, pero luego me doy cuenta de que, me gusta el frío, ÉSE tipo de frío, es diferente, puede casi olerse.
Es aún mejor como a las 10 de la mañana, cuando el sol ya salió, nos cobija, pero no es más fuerte que el frío aún.
Me gustan las mañanas de Octubre y las tardes de Noviembre.


Amo como huelen estos meses, amo como se sienten.

6 de octubre de 2010

Transparente.

"Eso es lo que ella es, transparente.


Transparente y abierta, cualquiera puede ver cuán vulnerable es.
Cualquiera puede ver qué es lo que le duele, y así, cualquiera sabrá qué decir para hacerla caer, para hacerla perder su seguridad, para que se destroce.


Ella está cansada de ser pisoteada, ella está cansada de que todos se asomen hacia su interior como si fuera alguna curiosidad en un museo, está cansada de ser tan predecible. Sin darse cuenta se lastima a sí misma con sus pensamientos. Ella está harta de todo y de ella misma.


Ella está harta de los reclamos, ya no soporta que le hagan creer que todo lo que hace está mal, está harta de que la gente hable, está cansada de ser la perrita triste que camina con la cola entre las patas, que te persigue para que le acaricies la cabeza, que se acerca tan sólo para que la apedrees, está harta de que todos sepan dónde golpear, está harta de que el mundo le afecte.
Ella quiere cambiar.


Cuando ella se mira en el espejo, no puede definir quién es en realidad, sabe que ésto es común, pero ella quiere saber.


Ella se hunde, pero no se esfuerza mucho por salir del pozo, ella se contradice porque sólo quiere ser feliz, pero cualquiera puede notar lo vacía que se siente a veces.


Ella encuentra algo para aferrarse, pero tiene miedo de que todo desaparezca así nada más.
Ella es vulnerable, ella es frágil, ella es débil. Hoy ya no quiere serlo, pero se pregunta si será fácil, ella duda dentro de su fragilidad".








Ella habla en tercera persona para así olvidar momentáneamente que, ella es yo.


3 de octubre de 2010

Frío.

No me gusta hablar del clima.


Pienso que es la manera más tonta de comenzar una conversación:
"Pero qué feo está el clima ¿no?"


Si el clima está feo, triste o lo que sea, es algo que se nota inmediatamente, no necesito que alguien llegue y me recuerde lo mucho que odio el clima, es de lo más común y mediocre que existe, comenzar una conversación con el clima.


Pero en fin, habiendo dicho esto y estando a punto de contradecirme, hoy hablaré del clima.
Hablaré de lo mucho que me gusta el Otoño, en especial éste que acaba de empezar.
Me encanta el frío que hace en la mañana, que te hace temblar, aunque me queje de eso como si me estuvieran matando, pero me gusta, después ya no me gusta tanto cuando sale el sol y no puedes salir a la calle porque sientes que te vas a derretir; pero en las mañanas y en las noches es un frío, agradable.
Aunque yo suelo ser muy friolenta y quejumbrosa, en el fondo me gusta, y sé que extrañaré este clima cuando llegue la primavera y esas cosas, pero meh, falta mucho.


Me gusta el frío; así que, aquí estoy yo, hablando sobre el clima, en caso de que la duda no los dejara dormir.

30 de septiembre de 2010

No te equivocaste de blog.

Sí, al parecer los cambios radicales llegaron para invadir lo que era "Mystique Dama de la Luna" quien al aburrirse del look emo de su página, decidió que era hora de cambiar algunas cosas, así que, resaltemos lo obvio.


Evidentemente, ésto ahora es "Me quejaría, pero... meh" casi sin razón alguna, sólo porque... meh.
La esencia es la misma, yo escribiendo cualquier cosa, y ustedes leyendo, o pretendiendo que lo hacen, así como ésta entrada sin sentido para la cual ya no tengo nada mejor que decir.


En fin, después, de 4 días de editar, no decidiéndome por un template decente, un header que combinara y una Bio que dejé hasta el final, aquí están los resultados, ja.

25 de septiembre de 2010

Glad i didn't die.

Y volví a soñar.


Con la luz entrando por la ventana, con las flores pálidas y la inofensiva lluvia, con tus ojos que destellan por la Luna.
Con tu mirada, tu mirada eterna, tu mirada cariñosa, tu mirada triste, tu mirada que se encontraba guardada en esos ojos hermosos, esos ojos, que por fortuna, me miraban a mi.


Soñé con abrazarte eternamente, soñé que esas tardes duraban por siempre, soñé con libertad, soñé que los prejuicios no existían, soñé con ver la Luna junto a ti, con recorrer las playas sin miedo a nada, soñé con la música a todo volumen mientras reposabas junto a mi.


Allí estaba esa melodía, estabas tu, y estaba mi alegría.



23 de septiembre de 2010

Sueños de estatuas.

No recordaba mi sueño raro hasta la última vez que volví a pasar por allí.
A pesar de que paso muy muy seguido frente a ese edificio, hasta hace poco, recordé el sueño recurrente que solía tener cuando tenía 6-7 años aproximadamente.


Verán, el mencionado edificio es un Templo de Mormones cerca de mi casa, muy grande, hecho de mármol y con hermosos jardines, nunca he entrado, evidentemente, pero en mi sueño podía verlo con tantos detalles y tan claramente que parecía real.


Todo era blanco y elegante, no había pinturas en las paredes, nada, el interior también era de mármol, había muchas habitaciones completamente vacías, pero recuerdo haber recorrido un pasillo largo, para después llegar a unas escaleras que no contaban con más de 10 escalones, subiendo eso, había 2 estatuas, o algo así, una mujer y un hombre.


Eran cono siluetas nada más, no tenían cara y eran de un color blanco-transparente, estaban allí, paradas, pero de alguna manera, yo sentía la mirada malévola de la estatua-mujer (sí, aunque no tuviera ojos) y descubrí que me quería matar (supongo que lo descubrí telepáticamente, porque la estatua-mujer ni hablaba, ni se movía ni nada) pero con mi conocimiento nato, yo sabia que esas estatuillas sólo podían ser asesinadas con hielos, y mágicamente, pero sin necesidad de un "Accio hielos" yo tenía una cubeta con hielos en mi mano derecha, y comenzaba a atacarlos con eso, pero no, no morían, parecían acercarse a mi cada vez más.
Entonces yo despertaba.


Sí, lo soñé unas 3 veces, pero era un ambiente de sueño muy extraño.

20 de septiembre de 2010

Sighs.

-"Nunca creí entender realmente a la gente que decía estar deprimida"
Me dijo, con sus ojos de almendra tristes, entrecerrados sobre su cara, que ahora lucía tan delgada, tan esquelética, sin siquiera una sonrisa que la pudiera ensanchar. 
Yo permanecí en silencio.


-"Se tiene que tocar fondo para comprenderlo realmente, es un dolor inmenso. ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Has tocado fondo?"
-"No lo sé..." Dije en una voz bajísima que ni yo escuché.
-"No te lo deseo jamás" Dijo, mirándome fijamente a los ojos.
Sus ojos se enrojecieron, sólo los cerró con fuerza y suspiró enérgicamente.
Yo seguía observandolo, ya no sabía qué decir.
-"Ya entendí, ya no digas nada, ni te disculpes" Dijo con una risa irónica y ligeramente burlona -"Sé feliz"


Y me quedé allí con la sangre que se me iba a los pies.
Perdón.






Increíble cómo hay cosas que pueden mejorar, y después volver a empeorar en tan poco tiempo, ja...

18 de septiembre de 2010

Uno de esos días.

En una de esas mañanas, donde todo huele diferente.


Ésas que sin razón te hacen sonreír, una de esas mañanas donde el sol no te molesta, cerrar los ojos es placentero, y el pasto es más intenso de lo que suele ser. Incluso te dan ganas de bailar, de saltar, de acostarte bajo la lluvia, de recordar esos viejos tiempos, las tazas de café, las miradas eternas, esos ojos iluminados, las caminatas por el parque, y tardes en soledad.


Esas mañanas donde el viento parece acariciarte, casi abrazarte junto con ese olor a canela, todo parece valer la pena, donde pareces respirar vida, donde lo que más quieres es poder abrazar a ése alguien más, incluso el sol parece poder tocarte, no quemarte, solo rozarte con sus cálidos dedos, creando un ambiente de libertad, todo parece ser esperanzado.


Una de esas mañanas donde sabes que todo estará bien, no sólo lo sientes, tienes la certeza,  donde nada te preocupa, las gotas acarician tu cuerpo, juntándose con tu piel, todos los labios parecen estar hechos de miel, y hasta las flores más secas, llegan a ser las más bellas que hayas visto en toda tu existencia.


Una de esas mañanas que quisiera se repitieran más a menudo...

15 de septiembre de 2010

Grinch Septembrino.

Estoy cansada de escuchar "Bicentenario" por todos lados.
Tequila, pozole, tacos, fiestas, banderas, comida grasosa, gente ebria y gente muerta.


Ojalá mañana ya nadie se acuerde de que existe esa palabra.

11 de septiembre de 2010

Donde reposa el cambio.

Siempre decimos que la gente cambia.
Que se alejan de nosotros, que prometen cosas que sabemos que no van a cumplir, pero que se agradece al menos el intento de esfuerzo. Y siempre notamos la vieja manera en que hablaban, las cosas que decían, los viejos gustos, y lo que son ahora.


A veces decepciona, a veces agradecemos, pero la mayoría de las veces le tememos al cambio, porque nos encariñamos con la persona que conocemos, no con la que se va a convertir.


Pero nunca nos damos cuenta de cuando nosotros mismos cambiamos.
Claro, porque, somos nosotros, y es lento el cambio, así que jamás lo notamos, pero con el tiempo, y eventualmente, cambiamos.


Y sí, somos nosotros quienes nos alejamos, no los demás, bueno, para los demás, son ellos y no los otros. Algo así, pero se entiende ¿no?


Y no me di cuenta de la manera en que cambié yo hasta ayer-hoy que pensé en eso, y me comparé con quien era hace un año.  Esa chica que realmente no sabía de lo que se trataba todo (meh, sigo sin saber) con un pensamiento diferente al de ahora, con pequeñas ideas que se veían más escondidas, deseos sin revelar.


Y es verdad que me he amargado (más) que mi manera de hablar ha cambiado, que mi mirada ya no es la misma, que mi sonrisa ha cambiado, que mi andar ya no va pausado, que no pienso lo mismo que antier. Que me río de cosas que no me darían risa, que ya no me importan otras que antes sí, que la melancolía es cada vez más recurrente, que no veo lo mismo que antes creí, que nada está aclarado, pero igual, sigo aquí.


Aunque se cambie para bien o para mal ¿Quién es quién para juzgar? ¿Qué está bien y qué está mal? 


Me di cuenta de cuánto extraño a algunas personas, de otras que creí importantes y dejé de extrañar, de las que no quiero que se vayan nunca.
Pero hay algo cierto, creo, que por más que alguien cambie, siempre permanece la esencia, eso que hace que tú sigas siendo tú, pero hay cosas que deberían de irse.
Me di cuenta de que a pesar de todo lo que he cambiado, y la distinta imagen que doy, en el interior, sigo siendo la chica tímida, insegura, miedosa, soñadora, vulnerable, frágil y sentimental que siempre fui.


Hay cosas que nunca cambian.