3 de octubre de 2011

Comenzar desde cero.

"Este blog ya es un verdadero desastre" Llevo pensando desde hace ya varios meses.
Ayer finalmente me decidí, y vengo a anunciar que me mudo de blog.
Va a ser más desmadre y me va a dar algo de flojera crear otro, pero es justo y necesario.

Supongo que aquí entra el cliché de "No es un adiós, sino un hasta luego" aunque la verdad no, pues seguiré escribiendo, sólo que en otro blog diferente, más adecuado a mi personalidad y menos deprimente. Y claro, este blog seguirá existiendo por el resto de la eternidad.

Si me buscas, encuéntrame.

Cambio y fuera.

21 de septiembre de 2011

Blah.

Nunca he sido buena enfrentando estas cosas, siempre tardo mucho en convencerme a mí misma de lo que de verdad está pasando.
De repente, verte en fotos me resulta extraño.


Te tenía rencor por haberme hecho sentir tan mal junto con esas otras personas, porque de alguna forma contribuiste a que fuera la niñita insegura, penosa, tímida, la que no decía nada. 
La miedosa.


Estoy segura de que jamás pensaste que influirías tanto y me convertirías en alguien así, y aunque no conocía en realidad tus intenciones, (o tal vez ni siquiera existían intenciones) sé que en esos momentos sólo estabas siendo una chica un poco perra que sentía poder al hacer sentir mal a los demás.


Seguramente me veo muy infantil al escribirte sobre algo que fue hace años, y probablemente soy doblemente infantil al mantener mis actitudes, inseguridades y personalidad de hace tantos tiempo. Aún así, lo estoy haciendo.



Nunca he sido buena enfrentando estas cosas, siempre tardo mucho en convencerme a mí misma de lo que de verdad está pasando.
De repente, verte en fotos me resulta extraño.



Es triste que te tuve un rencor oculto todo este tiempo. Es más triste que hasta ahora te perdono.
Lo más triste, es que ahora estás muerta.

16 de septiembre de 2011

De más redes sociales inútiles.

Estaba sumamente aburrida, entonces abrí una cuenta de Formspring pa' que me stalkeen más a gusto. 
Éntrele y pregunte lo que quiera, con confianza y sin compromiso, güerito(a)


http://www.formspring.me/PaolaEsRara

23 de agosto de 2011

Así sucedió.

Siempre pensé que decir que la vida te deja sin aliento cuando menos lo esperas era un cliché de lo más ridículo, estúpido, genérico, y patético; y tenía razón, sí lo es.

La diferencia es que te deja de importar si es estúpido, genérico, ridículo o patético cuando lo dices de verdad, cuando te das cuenta de lo que en verdad se siente que las cosas te dejen sin aliento, de que hay cosas que nunca vuelven, y otras en las que alguien más tenía razón, de que en realidad todo mundo se va para dejarte ir como llegaste: solo; la sensación de que sacaste todo el aire que tenías en los pulmones en un suspiro que pareció ser más corto que un parpadeo porque te das cuenta de que nunca serás quien quieres ser, y aquellos momentos a la mitad de la noche en los que no puedes dormir porque tienes un enorme nudo en la garganta que amenaza con matarte, pero aún así confías en que tu piel seca y maltratada sea lo suficientemente resistente como para que no sudes sangre caliente y pegajosa y poco a poco salga aquel nudo por cada poro de tu piel, para después hacer que tu cabeza estalle y manche las paredes blancas que pintaste hace 3 días.

Wakey-wakey, es hora de salir del sueño y enfrentar lo que debes, salir a la banqueta y hacer lo que toda la vida te enseñaron que estaba bien, a pesar de que nunca nadie te pudo dar una explicación clara y verdadera sobre por qué se hacía así y no de otra manera.

Párate frente a un espejo, mírate a los ojos, y no me digas que no te mueres por patear su estómago, después chocar su nariz contra tu empeine, y después moldear su cara con tus puños hasta que sangren y tengas un diente enterrado en la palma de la mano sin saber cómo diablos llegó ahí. Niégalo, niega que desde hace tiempo tienes ganas de hacerlo.

Niega que tienes corazón y que te mueres un poquito cuando lo ves bajar la cabeza y después sonreír, mirarte con cariño y acomodarse el cabello porque el viento lo despeinó. Niega que hace menos de una semana se te aceleró el corazón y te quedaste sin aire tan sólo porque sentiste su mano cerca de la tuya, y después de tanto tiempo, jamás te había pasado con tal intensidad.

Niega que eres una persona sumamente estúpida y llorona y todo el tiempo prefieres quedarte callada por miedo a que se den cuenta. Niega que aún tienes aquellos pensamientos tan difíciles de ahuyentar, y todavía te cuesta trabajo cambiar de tema. 
Niega que tienes miedo de que ella haya tenido razón con lo que te dijo toda la vida.

Niega que al menos una vez a la semana te dan ganas de llorar y correr hacia sus brazos cálidos y reconfortantes.
Niega que te duele, y que estás harta de todos ellos, niega que ni siquiera haces un esfuerzo, niega que no eres fuerte ni perseverante, niega que te dolió.
Niega que aún te importa.


Niega que eres tú quien escribe esto. Inventa un pretexto, una enfermedad, no puedes ser tú quien piensa así, no puedes ser tú quien escribe así. Finge demencia.


Niega que existes. 
Niégalo, a ver si puedes.

22 de agosto de 2011

Pero no.

- ¿Cuántas veces deseaste ser diferente?
- ¿Diferente?
- Sí, diferente. En el sentido que tú quieras.
- Vaya, no lo había pensado en realidad, digo, creo que no me percato de que lo deseo muchas veces al día.  Creo que más bien lo pienso sin pensarlo, la idea surge así nada más, ¿sabes? uno no puede decidir realmente cada cuánto tiempo desea algo, es como si quisieras poder decidir cada cuánto tiempo cae la hoja de un árbol; simplemente no puedes, jamás lo controlo...
- Calla. No lo pienses tanto, es una pregunta simple. ¿Cuántas veces deseaste ser diferente?
- Demasiadas.
- ¿A pesar del tiempo y todos aquellos intentos? 
- A pesar del tiempo y todos aquellos intentos.
- Vaya. Uno diría que después de tanto tiempo de haber deseado ser diferente, ya habrías cambiado un poco, ¿no crees?
- Me gustaría decirte que las cosas son diferentes y que el paso del tiempo me ha servido de mucho. Lo cierto es que sigo siendo dos veces yo, y sigo viviendo con peleas dentro de mí, y sigo destruyéndome poco a poco. Me gustaría decirte que todo estará bien, y que el tiempo hace el esfuerzo, pero mentir siempre ha ido contra mis principios.

11 de agosto de 2011

Crónicas carnívoras.

En realidad no tengo muchos recuerdos de mi infancia.
Cuando tenía alrededor de 4 años, recuerdo haber estado comiendo pollo con mi familia, en el comedor, cuando de pronto me dio muchísimo asco darme cuenta de que, pues...estaba comiendo un hermoso pollito. Entonces vomité.

Mi papá siempre me mindfuckeaba y me hacía sentir mal cuando comía atún; decía que mataban delfines al pescar, y que pobrecillos peces también, que morían para alimentarme y blah blah blah.
Después recuerdo que estaba en un restaurante, y pedí una hamburguesa, pero en la primera mordida, la carne me supo a plástico, y me dio muchísimo asco, y también vomité.

Cuando le decía a mi mamá que ya no quería comer carne, ella sólo me decía que estaba loca, que ¿Cómo era posible que quisiera dejar de comer carne teniendo tan sólo 4 años?
Primero dejé de comer carnes rojas. Después sólo comía pollo si era pechuga y tenía mucho limón, después sólo comía atún cuando estaba mezclado con muchas verduras; hasta que finalmente, mi mamá se rindió, y creyó que esto de ser vegetariana era sólo un capricho infantil, y eventualmente volvería a comer carne. Ella se equivocó.

Tengo 16 años y sigo sin comer carne, y moriré así...o al menos eso creía hasta ayer.
Fui al doctor porque tenía un ganglio inflamado, colesterol casi-alto, y porque mi madre es paranoica y cree que estoy desnutrida y que por eso me falta el aire cuando corro en los entrenamientos a pesar de que yo le digo que es porque tengo una pésima condición física.

Cuando le dije al doctor que era vegetariana, puso cara de que yo era una loca.

Me regañó y dijo que ser vegetariana estaba mal y que no estaba desnutrida, porque pues, ni siquiera era un palo, que en realidad estaba malnutrida y todo era culpa de mi vegetarianismo adorado.
Dijo que a la larga ya no voy a poder procesar proteínas y me voy a deshacer el hígado; además dijo que eso de que la carne me diera asco y la vomitara de pequeña era un desorden alimenticio, y que si sigo siendo vegetariana, voy a necesitar un psiquiatra. No un psicólogo, un psiquiatra.

Dude! ¿Me estás diciendo que estoy loca sólo porque no como carne? Pinche obeso grado 2 estúpido y retrógrada.

Podría pretender que le puse atención y después ignorarlo, y salir de consulta como si nada y seguir muy feliz con mi vegetarianismo, pero no. Alguien tenía que pagar la consulta, así que mi madre me acompañó y también puso atención al sermón y patrañas que les acabo de contar mientras ustedes pretendían que leían, y decidió hacerle caso y ahora quiere que coma carne. Sí, desde ahora parece que me va a cocinar carne como a todos los demás, y yo me la voy a tener que comer (o dársela a los perros) con mucho asco, además de tomar un montón de suplementos alimenticios de 500 calorías por cucharada de loquesea.



Yo sé que para la mayoría de ustedes esto no tiene importancia alguna, pero para mí sí.
He sido vegetariana toda mi vida, he dejado de comer carne por tanto tiempo, que seguramente si la vuelvo a comer, me va a dar una indigestión mortal, o algo así. Ser vegetariana ya es parte de mí, es algo que me describe definitivamente.
Es como si a un gay le dijeran que ya no puede ser gay. Simplemente no se puede.



Por eso, ¡Chinguen a su madre, doctores mamones y obesos que le quitan a uno la capacidad increíble de ser vegetariana!
Yo digo que todo eso lo dijo sólo porque él es un obeso grado 2, y como él no tiene la suficiente fuerza de voluntad para ser vegetariano, quiere que todos los vegetarianos se vuelvan carnívoros, y así ya no sentirse como un humano estúpido y ególatra, y podrá pensar que todos somos igual de tragones como él.
Es como un super doctor malvado con su plan malvado para acabar con nosotros, por eso tenemos que ser fuertes y hacer una resistencia de vegetarianos para luchar contra el maléfico Dr. Carnívoro y sus ayudantes, los maléficos pedazos de carne grasosos asesinos. Y mi mamá. Y el Gatonejo.
Ah, cómo sufro, todos en mi contra...

5 de agosto de 2011

23 cosas favoritas.

Hace poco platicaba con el gatonejo, y de repente me preguntó cuáles eran mis cosas favoritas en todo el mundo.
En el momento enlisté varias cosas estúpidas, pero después me pareció interesante pensarlo más a fondo y escribir sobre esto.


Y he aquí la lista de mis 23 cosas favoritas* en todo el mundo. (Sin un orden específico)


1. Música. En verdad, ¿Qué sería sin muchos de nosotros sin la música? No necesita explicación. Es música, es hermosa, y ya.

2. Amaneceres. Casi nunca los veo porque siempre me tengo que levantar bien pinche temprano porque mi casa está bien pinche lejos de la pinche civilización, pero en un Domingo cualquiera, me encanta levantarme con el sol pegándome en la cara.
Después me harta y cierro las cortinas, pero sí, por un rato es hermoso.

3. La lluvia. Dios, cómo amo la lluvia. Amo cómo se escucha, amo cómo se ve, amo caminar debajo de ella, y amo ver cómo todo mundo huye de ella como si fuera ácido, o algo así.

4. El internet. Si no fuera por internet, probablemente ya hubiera descifrado el sentido de la vida y hubiera escrito 4 libros de 900 páginas acerca de eso. No digo que sea malo conocer el sentido de la vida, pero como me gusta no tener vida y quedarme en mi cuarto todo el día, el internet siempre es mi mejor amigo.

5. Animales. Animales peludos, pequeños y grandes. 
Todo mundo sabe que amo a los animales, son lo más tierno, inteligente y puro del mundo. ¿Cómo no amarlos? ¿Cómo comérselos? Incluso a veces sospecho que mi misión en la vida es volver a toda la humanidad vegetariana.

6. Los libros viejos. Y los libros nuevos también. Lo digo porque nunca me ha gustado leer online, sólo logro lastimar mis ojos, pero pienso que es mucho mejor un libro, un libro real. Digo, me gusta poder tocar páginas, y claro, me gusta mucho leer, a pesar de que muchas veces dejo libros a la mitad.
Me avergüenzo de eso.

7. Dibujar. Me gusta muchísimo dibujar, lo hago desde que tenía como 3 años. Lástima que no sea tan buena y mis dibujos sigan pareciendo de niña de 3 años.

8. Las alas. Alas grandes con sus plumas blancas causando sonrisas.

9. La buena ortografía. Creo que cualquier persona que me conozca sabe que soy fan de la buena ortografía, que me caga la gente que parece que escribe con los codos, y que me orgasmeo cada que veo que alguien escribe perfectamente bien.

10. Sus ojos. Los ojos más hermosos que he visto en toda mi vida. Hasta le ganaron a los ojos de Jared Leto.


11. The Beatles. Hasta hace poco me gustaban nada más, no era fan, ni nada. Bastó escucharlos 15 minutos más y ahora son de mis cosas favoritas en todo, todo el mundo.

12. Tae Kwon Do. Toda la gente que no lo practica me dice que estoy loca por meterme a cosas así, con golpes y moretones. La gente que lo practica es la única que logra entender perfectamente por qué lo amo tanto, y por qué es una pasión tan increíblemente grande. No es un deporte, porque, pues...yo no hago deportes. Es arte.
Sí, ya sé. Sonó increíblemente mamón.

13. Las narices. No cualquier nariz, más que nada las narices grandes, o rectas, o picudas, o aguileñas. Si la gente no se frikeara cuando intento tocar su nariz, pasaría gran parte del día tocándolas.

14. Nadar. Amo nadar. Es como volar...en agua. Se siente tan bien estar en tu propio ambiente.

15. Sarcasmo. No soy experta usándolo, de hecho creo que ni lo usé usar, pero su uso siempre me parecerá lo más genial del mundo.

16. Dormir. No por nada me quedo dormida en todos lados. Si no tendiera tanto a sentirme inútil por dormir más de 7 horas, dormiría días enteros. Semanas enteras. Meses enteros.

17. Huesos. Me gusta ver y tocar huesos. Míos y también de los demás; me parece entretenido, y se sienten bastante bien.
Dedos, huesos de la muñeca, columnas, codos, fosas ileacas, tabiques, falanges, mandíbulas, costillas, rodillas, tobillos...

18. La luna. Está ahí, cambia, vuelve, ilumina, provoca.

19. Photoshop. Es de lo más entretenido, y de lo más útil también. Sólo dejo de usarlo cuando noto que ya me duele la espalda por estar encorvada y me arden los ojos por usar tanto la computadora.


20. Fotos. Tomar y ver fotos. Pienso que las cámaras fotográficas son algo de lo más hermoso, y útil. Las fotos son aún más hermosas...cuando las sabes tomar, claro. ¿Qué sería de nosotros sin las fotos vergonzosas de la infancia?
Aún así, pienso que las personas que se toman fotos frente al espejo, en el baño, sin playera, o desde arriba para mostrar su escote, no deberían de tener derecho a mostrarlas. Es más, ni siquiera deberían tener derecho a las cámaras fotográficas.

21. Ver. Ver es una de las cosas que más aprecio. Si me quedara ciega, no podría seguir viviendo. Simplemente amo suficiente lo que veo a diario como para seguir sin ese sentido.

22. Escuchar. Porque dejar de escuchar, también significaría quedarme sin música, o sin sus voces, o sin los pájaros, o sin Sorjua. Podría quedarme muda, podría quedarme calva, pero no podría quedarme sorda.

23. Escribir. Desde las cosas pseudoprofundas que ni se me dan, hasta mis quejas de siempre, estupideces sin sentido, debrayes que sólo yo entiendo, sentimientos bobos, cartas cursis, notitas de refrigerador...

*Muchas de estas cosas probablemente desearé reemplazarlas mañana porque se me ocurrió algo más, así que no se debe confiar del todo en mi lista. 

14 de julio de 2011

Brazos.

Cuando estás mal, mágicamente consigues la atención de todos, y que todo mundo se preocupe por ti. Consigues importarle a alguien.
De repente los tienes a tu alrededor, mirándote, abrazándote, llenándote de sonrisas. Nadie te juzga por lo mucho que lloras, nadie cuestiona tu dolor, nadie deja de sentir lástima por ti.

Te encanta sentirte importante por cinco minutos.
Por eso nos hundimos en nuestras propias vidas miserables. Por eso hacemos más grande cada pequeño problema, malestar y emoción que tengamos. Por eso exageramos y creamos dramas por cosas insignificantes.
Porque nos encanta mostrar nuestro sufrimiento, nuestro enorme dolor, nuestras odiadas vidas; para jamás salir adelante, y así, poder convertirnos en nuestras propias víctimas.

Cobardes.


4 de julio de 2011

Uno más de zombies.

Hace una semana, soñé que estaba en alguna calle cualquiera, frente a un puesto de quesadillas o algo así; yo le decía a la señora vendedora que me diera un taco de salsa verde, me cuestionaba y me preguntaba que para qué quería un taco de salsa verde, yo le decía que tenía un torneo y la salsa me iba a dar energías y no sé qué más.
La señora me veía raro y me daba mi taco de salsa verde, le pagaba, pero de todas formas no me lo comía.

Me subía a un edificio medio abandonado que estaba junto al súper puesto de quesadillas; un edificio gris, oscuro, lleno de polvo y telarañas.
Entraba a un cuarto y veía a 6 desconocidos. Empezaba a platicar con ellos como si nada, y me decían que se dedicaban a matar zombies.
Fucking great! Matar zombies, lo que siempre había querido. Me anexaba y me quedaba con ellos.

Aproximadamente 30 minutos después, entraba un zombie por la puerta, primero alguien lo golpeaba con una pala, y ya que se había caído, yo lo mataba con un compás, enterrándolo en su cabeza. Sí, un compás.
Qué badass soy, ¿no?
Pero el buen zombie, había logrado morder a uno de nuestros súper compañeros rudos, así que de inmediato se convertía en zombie.
Hacíamos lo mismo; lo golpeábamos, yo le enterraba el compás en la frente, pero no se moría. Le enterramos navajas, cuchillos, más compases, y no, no se moría. Entonces decidimos voltearlo y abrirle la nuca para cortar su cervical y que por fin se muriera, pero mientras abríamos su nuca (con nuestros rudos compases) llegaba un señor viejo con una gabardina larga, y nos decía que al haber tenido contacto con la sangre del zombie, automáticamente estábamos contagiados.
Sí, por alguna razón ya no era necesario que nos mordieran, habían evolucionado o algo así. Así que nos suicidábamos todos.

Pero como en un videojuego de Mario Bros, o algo así, yo volvía...en forma de fichas. No, la verdad no. Volvía siendo una tipa rubia alta y delgada.
Entraba al cuarto en el que estábamos todos nosotros, muertos, y caminaba hacia la ventana. Para ese entonces, yo ya sabía que estaba soñando, entonces decidía aventarme por la ventana, pero cuando intentaba salir, resultaba que no cabía por ahí. Llegaban dos personas más; un hombre de cabello gris, y una mujer joven que empujaba un refrigerador. Yo lo abría, y encontraba ropa e intestinos. Nada de esto me sorprendía, porque al parecer era bastante normal.

Y entonces desperté.

17 de junio de 2011

Be careful what you wish for (?)

No sé cuántas veces me repetí a mí misma lo mucho que necesitaba dormir sin interrupciones por 3 meses aproximadamente.
No sé cuántas veces lo dije en serio, ni cuántas porque estaba acostumbrada a decirlo.

Sí, bueno...yo sabía que obviamente no iba a dormir por 3 meses enteros, sabía que eventualmente me aburriría de dormir tanto, o alguien, al notar que no despertaba, me echaría un balde de agua fría en la cabeza y ahí habría valido madres todo mi proceso de sueño e inutilidad.
Pero acabo de recordar la frase "Soñar despierto", y acabo de recordar que para eso, uno debe dormir despierto. Dormir despierto.
Es exactamente lo mismo; al verte dormir despierto, alguien sería capaz de echarte 8 baldes de agua fría en la cabeza, a ver si así despiertas.
Pues, yo solita me acabo de echar el balde más grande que encontré con el agua más fría posible, a pesar de que hace menos de una hora, me acaban de echar otro balde de agua muy, muy fría. Es mi último balde.

De lo que yo no me había enterado, es de que, esperé tanto poder dormir por meses enteros y evadirlo todo, que de hecho ya lo estoy haciendo. De hecho ya lo estaba haciendo desde antes de empezar a querer dormir tanto. Llevo meses (no sé cuántos) durmiendo despierta, y acabo de descubrir que no me gusta ni un poquito; es como vivir en automático.

Es increíble cómo los baldes de agua caían en mi cabeza, yo los sentía, me estremecía, despertaba para tomar una gran bocanada de aire, pero increíble e inmediatamente, me volvía a quedar dormida. Uno, dos, tres baldes, y el agua cada vez más fría; el golpe se sentía cada vez más, e incluso llegué a pensar que los baldes tenían hielos, pero ni así lograba despertar. Dormir despierto no es muy diferente a dormir en realidad. Das vueltas en la cama, tienes pesadillas y sueños lindos, abres los ojos, se te cierran solos, te vuelves a mover, pero siempre sigues dormido.

¿Quién iba a decir que me iba a desagradar tanto el darme cuenta de que llevo meses dormida? 
Es como en aquellos sueños que son tan reales, que crees que en verdad los estás viviendo; pero tristemente, sigues igual de ausente, perdido, y desvaneciéndote cada vez más. Después de un rato, te vuelves invisible por haber dormido tanto, por haberte ido por tanto tiempo. 

Acabo de echarme el último balde de agua helada que tengo. Acabo de abrir mis ojos, tensar mis músculos, levantar mi cabeza, y tomar aire por la boca con aquel sonido de inhalación característico de la desesperación. Acabo de despertar, mi enorme duda y preocupación es, ¿Ya desperté? ¿O es sólo una de esas veces en las que abres los ojos sólo para ver la hora y volver a dormir?



Rise and shine, gorgeous.


26 de mayo de 2011

Sobre cosas no tan efímeras.

Ya no quiero hibernar en el momento en el que tomo té.

Con vísperas como aquella, la frustración por no tener interés alguno por mi propia existencia se me escapa por la boca.
Y soy feliz, muy feliz.

Con meseros que nos ignoran y fuentes atractivas para perros, jamones en exhibición, chocolates con causa, y tareas francesas, mágicamente se me van los pensamientos hechos con telarañas oscuras y sucias.
Mágicamente.

Mágicamente, como las plumas blancas que aparecen sin avisar, y vuelan, vuelan, vuelan, y sacan una sonrisa oculta; esas plumas que provocan que imagines el mar y lo escuches cantar; las que existen por una razón, una razón tan simple, pero tan secreta.


Aquellos olores que atraen, esas esencias que sonríen, juegos tontos, polvos que colorean un sabor, y una sorpresa en la lengua con el tercer, o cuarto trago.
Con esas pequeñas cosas sonrío y me tranquilizo, cierro mis ojos y me siento bien.
Estoy tranquila.
Estoy bien.




Este post fue escrito sin haber utilizado la letra D ni una sola vez (salvo ésta)

16 de mayo de 2011

Dormir de nuevo.

Sería hermoso si pudiera dormir  2 meses enteros.
2 meses enteros como oso. 2 meses enteros sin interrupción. 2 meses enteros hasta que despierte pegajosa por tanto dormir y después no piense en eso por otras 3 semanas más.
2 meses enteros y sería todo tan fácil.
Evasión pura.

Evasión. Aceptaría que soy una whinny bitch y soy tan pussy que mi forma más fácil y cómoda de evadir mis problemas y mi propia vida es durmiendo.
Podría dedicarme a eso por el resto de mi vida.

Tal vez lo que quiero  no es dormir y al despertar darme cuenta de que ya pasaron 2 meses de mi vida que ahora perdí y de que el tiempo sigue y va todavía más rápido.
Podría evadirlo todo, evadirlo todo y regresar tiempo atrás donde todo parecía más fácil, pero entonces recuerdo que en aquel tiempo atrás donde todo parecía más fácil, las cosas no me parecían tan fáciles como en verdad son, y entonces me estresaba y deseaba volver a volver atrás en donde todo era más fácil pero en realidad no tan fácil, y crear un círculo vicioso de volver a volver a donde quería volver porque era fácil.

Supongo que volver al pasado no es la solución, por eso quiero desaparecerme unos meses y adelantarme un poquito, a ver si durmiendo tanto tiempo dejo de odiar tanto a la gente, dejo de estar harta, dejo de estar estresada, dejo de querer dormir todo el tiempo.
Me ahorraría estrés, tener que contarle a un extraño lo que pienso, el frío, y el estado zombie.
Me adelantaría y despertaría feliz, radiante, con lagañas en los ojos y la parte de atrás de las rodillas pegajosa.
O tal vez no, tal vez sólo estoy siendo una niña llorona que hace un drama de su vida y decide evadirlo todo porque no tiene nada mejor qué hacer.

Sí, es eso; son las casi-vacaciones. Saber que tendré demasiado tiempo libre para estar conmigo misma me hace pre-estresarme.
Meh, pero qué whinny bitch soy.

6 de mayo de 2011

Volátil.

Tenía tantas ganas de llorar.

Pero entonces pensé en lo random que sería ponerme a llorar a la mitad de la clase de Educación Para la Salud. Necesitaba un abrazo con todo mi ser, pero sabía que si pedía un abrazo, sería algo sumamente needy y me pondría a llorar como niño de 5 años al que le acaban de quitar sus juguetes, le dicen que es diabético y no podrá comer dulces de nuevo, le dicen que lo van a alejar de sus papás y lo van a llevar con otra familia en Singapur. Un abrazo no era la salida.

Continué con mi clase en modo zombie de nariz roja, pensando en cosas desde cucarachas hasta mundos paralelos; me sentía débil e ida.
Después llegó la clase de matemáticas. "Bien, es mi hora de dormir" pensé.
Acomodé mi chamarra sobre mi banca y me recosté sobre ella...


Aproximadamente 10 minutos después desperté con una lágrima en mi ojo izquierdo. "¿Qué diablos?" pensé. Me resigné con la idea de que sería un viernes triste, hartante y rutinario, y me volví a acostar apretando los ojos y respirando profundo.


Volví a despertar 40 minutos después; la clase había terminado. Por alguna razón todo se veía más claro y brillante. Literalmente.
Las paredes eran más cálidas y todo se veía más blanco, tanto que casi lastimaba mis ojos, y a través de la ventana, la mañana se veía hermosa como casi nunca se ve. Me quedé sentada mirando a mi alrededor, y fui feliz, fui muy feliz.


Sigo diciendo que todo siempre es más simple al despertar.

5 de mayo de 2011

Serie de párrafos sin sentido, o con uno que no debes saber.

Cuando me dí cuenta, ya había transbordado de línea y avanzado un par de estaciones más; me dí cuenta de que estaba recargada en una esquina del vagón, con la mirada perdida.
¿Cuánto tiempo había pasado? ¿5 minutos? ¿10 minutos? ¿15 minutos?
No recuerdo que vi mientras caminaba, ni a quiénes vi, ni por dónde caminé, ni por qué elegí el vagón que elegí. Ni siquiera recuerdo en qué pensaba. ¿Pensaba en algo? ¿O sólo caminé en modo zombie?

La gente con la que compartía el vagón debió divertirse mucho al ver mi cara de conflictuada, afligida y asustada.
Pero, ¿por qué habría de importarme que me vieran en conflicto conmigo misma? Ni les importaba, ni los iba a volver a ver nunca más.


Desde que era una niña se me quedó la idea de que mostrar mis sentimientos era malo, de que llorar frente a los demás merecía un castigo, que si tenía un ataque de risa, sólo quedaría viéndome como la imbécil hueca a la que todo le causa gracia, que mostrar un éxtasis de cualquier tipo con quienes me rodean, estaba mal. Desde niña creí que entre más fría fuera, sería mejor, que entre más inalcanzables parecieran mis emociones, sería mejor, que entre más me cerrara con la gente y mantuviera mis pensamientos en privado, sería mejor.
Nunca logré ser ni fría, ni inalcanzable, ni privada. Ni siquiera un poquito.

Me puse a buscar entre mis ideas, sinceramente no recuerdo qué buscaba, sólo lo hacía; movía todas las hojas vacías de mi cabeza, y buscaba imágenes borrosas, buscaba, y buscaba, y buscaba, y buscaba. Encontré una caja que decía "Descripción"escrito con plumón negro y letra manuscrita, la abrí y sólo me encontré con una hoja que decía "[Vacío]" en letras grandes y marcadas.


No quiero dejar de ser quien solía ser. Más bien partes de quien solía ser, partes empañadas que se van borrando. Uno no siempre se conoce a sí mismo y de repente te das cuenta de que no tienes ni la más mínima idea de quién eres. Sé que mis inseguridades y actitudes autodestructivas son algo que siempre, siempre he tenido; hoy supe que en realidad estoy guardando todo eso porque tengo miedo de perderme a mí misma entre alborotos, comentarios y tormentas.

Cambio dependiendo de con quién esté porque tengo miedo de nunca ser suficiente para nadie. Es una pésima actitud y muy patética.
Me avergüenzo de ella.


Extraño las plumas moradas, faldas de manta, cara levantada, mañanas anaranjadas y mis ojos. No supe escuchar. Je me hais, mais je m'aime, mais je me hais. Everybody thinks they're so special and unique, waiting for their magic, unrealistic moments in life. I'm sick of everything and everyone, i can't stand 2 hours between all of those crappy people, all of those douchebags, stupid girls, and blind beings. I'm so sick of every single thing. Sick.




I no longer know who I am, and i feel like the ghost of a total stranger.


1 de mayo de 2011

Seulement un peu.


-          C’est drôle.
-          Quoi, pardon ?
-          Rien. C’est drôle seulement…

C’est drôle. La manière dans laquelle on me dit que j’ai besoin d’aide.
Je sais que j’ai besoin d’aide. Je l’avoue. Mais parfois je ne veux pas de l’aide, je sens que je peux sortir de ca moi-même.
Mais, quelquefois je ne veux pas sortir d’ici, je ne veux pas améliorer, je ne veux pas être différente.  Malheureusement, je me hais, et c’est pourquoi je veux être différente.

J’avoue que j’ai les maladies mentales, et aussi, j’avoue que parfois je ne veux pas les quitter et être en santé, parce que mes maladies, elles me font sentir forte. La force que je ressens en moi-même quand je peux supporter la douleur que je me provoque, quand je souris parce que je peux sentir grogner l’estomac, je me sens forte et puissant quand je sens que je vais m’évanouir, la joie qu’habite en moi quand il y a deux jours que je ne mange pas. Je me sens grand, et bien sûr, je souris pour moi-même, je ris comme si j’étais folle, comme si j’aimais être mentalement malade.

Et c’est vrai, parce que parfois j’aime ca. 

Parfois je veux rester dans mon petit monde, et penser à rien que couteaux, des os, le dos et de sang. Mais après, après je me hais, et je me souviens de ce que je suis, et de ce que je veux être, et je me hais encore parce que je ne peux pas trouver l’équilibre, et cette magnifique personne que je voudrais être, est très, très loin de moi.

C’est drôle. La manière en que je pense à ce type des choses et premièrement je suis forte, et après je deviens pathétique. C’est drôle.   

28 de abril de 2011

Vuelo lento y vertical.

No era la primera vez que me sentía así.
Tampoco era la primera vez que despertaba con aquel pensamiento.

Desperté con su nombre en la mente y con un suspiro en mis labios. No recuerdo qué soñé, pero recuerdo haberla imaginado a ella, y también a él.
Recuerdo sentir una profunda tristeza por el hecho de que caminara con ellos, por el hecho de no poder ver su cicatriz luminosa, porque ya no volaba al ras de la tierra, porque había regresado con el mar.

Me parecía lejano. Como si fuera la historia de algún libro que había leído, lo hubiera plasmado en imágenes, y después hubiera olvidado haber estado en contacto con aquel viejo libro.
Era borroso. Sentía una nostalgia ajena, estaba entrometiéndome en una historia que no me pertenecía, pero que tenía mucho que ver conmigo a la vez.
Fue como si yo también la hubiera perdido aquella noche. Y la perdí.

Después me pareció demasiado increíble que existieran plumas tan perfectas.
Y creí, le creí por completo y a todo lo que él me había dicho.
Ella había cambiado su mirada, y atrevido sonrisas, formando imprevistas parejas.

Y cambió mi mirada y sonreí, sonreí con nostalgia, sonreí con tristeza.


La tristesse de jamais l'avoir connue.

26 de abril de 2011

Lo que sueñas cuando tienes fiebre...

...Y mucho sueño también.

Por alguna razón yo había decidido saltar del bungee -cosa que yo jamás haría porque me daría mucho miedo- con mi hermana. El problema fue que mi hermana era la que estaba amarrada a...lo que fuera que le permitía saltar sin morirse, yo sólo estaba abrazándola, así que, si me soltaba, iba a pasar de ser "La chica miedosa abrazada de su hermana", a "El puré de semihumana* embarrada en el piso".
Recuerdo cómo saltábamos juntas, yo gritaba, y después ya no recuerdo nada.
Creo que me morí en mi sueño. 
Meh.

Después por arte de magia me encontraba en un pseudobar de mal humor, porque no me gustan los bares, y por alguna razón la mitad de mi escuela estaba allí. 
Yo entraba a los baños para ver si me encontraba a alguien conocido. No encontraba a nadie, pero cuando iba saliendo, me encontraba con la Oveja, le decía que esos eran los baños de mujeres, y me iba. Regresaba a sentarme y ponía mala cara porque ya me quería ir, pero por alguna razón no podía. 
Observaba a la gente, y a lo lejos me encontraba con el Gatonejo. Al parecer él no sabía que yo también estaba ahí, porque al voltear, me miraba sorprendido y me ignoraba.

Desperté y me dije que tenía que dejar de dormir y hacer algo útil, pero a los dos minutos ya estaba dormida otra vez.

En el nuevo sueño, descubría que el bungee y el bar estaban en el mismo lugar, y en realidad la idea de ir al pseudobar era como una cortesía pre-concierto. "Yay -pensé- me gustan los conciertos". Pero no...no era un buen concierto; nos estaban guiando al concierto de Justin Bieber y no había forma de escapar. En ese momento se volvió pesadilla.

Nos llevaban a todos en fila como niños de primaria. Carajo, odio a Justino Castor.
No sé cómo me desvié, y me escondí abajo de una mesa. Era un cuarto totalmente blanco. Vi que junto a mí había otra chica que no conocía.
- Saira va a entrar aquí - Me dijo.
- ¿Qué?
-Saira. No tarda en llegar.
Yo sabía que hablabamos de la misma Saira, la Saira que quiere ser yo. 
La oía llegar y de inmediato saltaba y me iba contra ella; por algúna razón le mordí el tobillo y azoté su cabeza varias veces contra la pared. Todo esto en slow motion, claro, porque en sueños jamás puedo actuar rápido.

En fin, la golpeé  y escapé del cuarto blanco para encontrarme en una especie de Six Flags abandonado.
Entraba a otro cuartillo muy, muy pequeño, y muy muy alto.
Por alguna razón, el cuarto estaba lleno de escaleras de metal, y por alguna otra razón, yo sabía que tenía que subirlas hasta cansarme o algo así.
Empecé a subir y subir, lo cual era bastante molesto con el abrigo enorme que traía puesto pero que al parecer no me podía quitar. Y así subí, y subí y subí, hasta que desperté dentro de mi propio sueño.

-Te quedaste dormidísima en la plática sobre humildad - Me decía una chica que estaba junto a mí.
-¿Qué diablos? - Le decía yo.
Entonces me daba cuenta de que estaba con una bola de modelos en algo que debió ser Weird Dream's Next Top Model.
Después yo tenía que acompañarlas a una alberca; no sé si nos llevaban para una sesión de fotos, o algo así, pero después de 25 minutos, todas ya estaban ebrias y yo tenía que cuidarlas.
Como ya me había aburrido y el sol estaba más feo de lo que usualmente es, yo me escondía debajo de unas palmeras y me quedaba ahí, viéndolas a todas hacer el ridículo.

Entonces me despertó mi teléfono con la llamada de un amigo que me dijo que también se acababa de enfermar.
Entonces volví a despertar con otra llamada, del gatonejo. Ahora sí de verdad.



*Semihumana porque según mis debrayes de segundo de secundaria, yo no soy humana.

21 de abril de 2011

17 de abril de 2011

¿Quién eres tú?

De repente se te olvida quién eres.
Has cambiado tanto en tan poco tiempo, que ya no sabes lo que te gusta y lo que no, ni lo que haces porque quieres o porque tienes que, o porque te sientes obligado, o porque no quieres causar molestias, o porque te importa lo que vayan a pensar de ti.

De repente, necesitas un pequeño empujón para recordar quién eres y lo que quieres, o al menos esperas que sea así; de repente tienes una crisis extraña en la que no sabes qué pasa con tu vida y necesitas recordarte a ti mismo quién eres, por eso haré otra de mis muchísimas listas inútiles de datos (inútiles) sobre mí.

  • No sé cómo empezar esta lista inútil.
  • Si mis calificaciones no me importaran tanto, dormiría todavía más en la escuela y me la pasaría haciendo estupideces.
  • Toda mi vida estuve segura de que quería estudiar veterinaria o medicina. Oportunamente empecé  a dudar y a considerar psicología, ingeniería cibernética, diseño y ahora no tengo la más mínima idea de lo que voy a dedicarme el resto de mi vida.
  • A pesar de que siempre lo niego, suelo obsesionarme con mi peso.
  • Una vez que me conoces bien, dejo de ser tan interesante.
  • Siempre que empiezo a conocer a alguien, además de ser difícil por mi timidez, es muy incómodo porque casi no hablo y no encuentro nada bueno qué decir.
  • Me frustra el hecho de que nada me apasiona realmente, eso hace que no sepa bien lo que me gusta y lo que quiero. Nada me ha llamado suficiente la atención.
  • Toco la guitarra desde los 11 años y aún así apesto en eso, then again, no me apasiona. Creo que funcionaría mejor en batería, pero debido a mi poca coordinación y mi torpeza extrema, sería un FAIL con patitas y cabello rojo.
  • Cada vez que me pican las costillas siento el reflejo inevitable de golpear con todas mis fuerzas a quien sea que lo esté haciendo. Lo he hecho, los he lastimado, y me siguen picando.
  • Creo que ya había puesto el punto anterior en algún post de inutilidades de Mystique. Miren cuánto me importa.
  • Me gustan las narices grandes en los hombres y los ojos penetrantes. De preferencia piel blanca y cabello oscuro.
  • Me gusta presumir que hablo Inglés, Francés, y Alemán y que daba clases de Francés, pero en realidad no sé nada de Alemán porque no pongo atención en clase y mi maestra sólo hace chistes malos.
  • Desde que iba en secundaria me convencí a mí misma de que me iban a salir alas algún día por arte de magia, después se me olvidó y ahora estoy convencida otra vez.
  • Ya me es imposible contenerme cuando tengo sueño, esté donde esté, me quedo dormida.
  • Una vez me quedé dormida en el piso de mi salón de clases. Es lo más cómodo que existe.
  • Siempre he querido salir a la calle y hacer cosas locas, pero jamás lo hago porque no me atrevo
  • Mi novio siempre dice que no sabe cómo es que lo aguanto, pero en realidad no sé cómo es que me aguanta él a mí con todas mis inseguridades, depresiones, estupideces que he hecho, dramas y momentos callados. De hecho es la persona en la que más confío en todo el mundo, con la única que puedo hablar de casi cualquier cosa, y lo amo con toda mi alma.
  • Si hay algo que me molesta, es que me despierten asustándome, con picoteos, gritos pendejos, y golpes. Y  la carne. Y que me vean comer. Y ver a algunas personas comer.
  • Amo el chocolate y es sumamente difícil que me empalague.
  • Ya no recuerdo en dónde no me he quedado dormida.
  • Me siento rara si termino frases y no pongo punto final. 
  • Lloro por todo.
  • Ya no sé qué poner y no sé si esto me ayude a acordarme de quién soy.

13 de abril de 2011

Fantasma de un desconocido.

A pesar del tiempo, parecía como si acabara de llegar a este mundo; a pesar de haber conocido a mis amigos por tanto tiempo, por un par de segundos, parecía como si no los conociera; a pesar del tiempo junto a él, sentía que me faltaba demasiado por saber, todo parecía un sueño borroso; a pesar de haber vivido toda mi vida en esta casa, me sentía en un lugar nuevo.

Mientras escuchaba a mi propia mente, pensaba en lo pretencioso y falso que sonaría esto de repentinamente sentirte ajeno a este mundo, sin embargo no me importó en el momento, pues no conocía a fondo a nadie, y no me importaría lo que dirían.
Las imágenes llegaban a mi cabeza y en un momento de incoherencia me pregunté si en realidad había pasado todo lo que había pasado o lo había soñado. Recordaba mi vida perfectamente, la recordaba como una película o una novela, pero sentía que en realidad mi vida, no era mi vida; sentía que en algún momento me había convertido en alguien más.

Comenzaba a tener sentido. ¿En verdad me había convertido en alguien más? Probablemente sí, pero no sería una razón para sentir que estaba viviendo la vida de alguien más. No tenía sentido en absoluto, no había razones para sentirme así de extraña, no había nada que pudiera causar esto, sólo pasó. Sólo empecé a sentirme como un ser extraño, un animal, ni siquiera un humano, un animal desconocido que convivía con otra especie a la que debería de estar acostumbrada, sin embargo la sensación de sueño borroso no se iba, parecía querer quedarse conmigo y abrazarme cálidamente...

Pero después me puse a pensar en vacas y de nuevo sentí que mi vida era mía, mía.

10 de abril de 2011

Laguna de plastilina derretida

Desperté porque el sol estaba empezando a lastimar mis ojos, los abrí y miré alrededor.
Antes que nada me percaté de que había dejado las cortinas abiertas por la noche, y eso era algo que jamás pasaba. Me seguí concentrando en la ventana, los árboles que se alcanzaban a ver, y en el sol brillante. ¿Qué hora era? No se me podía hacer tarde, tenía que salir temprano de casa... Un momento, ¿para qué tenía que salir de casa? ¿a qué hora tenía qué salir? ¿qué día era?


Me concentré lo mejor que pude y no pude responder ninguna de esas preguntas, para tratar de recordar, traté de pensar ¿qué había hecho ayer?
Tampoco podía recordarlo, tenía lagunas mentales extrañas e imágenes que no tenían sentido.
Recordaba algún libro de la escuela, una tarea que no había hecho, mi lámpara en forma de casco prendida a las tres de la mañana, recuerdo haber estado escuchando música a todo volumen con mis audífonos y mirando al techo, contando cuántas imperfecciones podía tener (el techo). Recordé también haber estado corriendo en un bosque o algo parecido, tal vez escapando, tal vez corriendo feliz; yo corría descalza y con una rapidez que no sé de dónde salió.


Me perturbaba recordar tan pocas cosas del día anterior y me dispuse a continuar con el actual. Giré mi mano izquierda con la intención de ver mi reloj.
Las 9:18 AM, era temprano, o tal vez tarde, dependiendo de qué día fuera.
Bajé mi mano y me di cuenta de que en realidad no la podía mover; mis dedos estaban torpes y respondían con dificultad, me sentía como cuando te acuestas sobre uno de tus brazos y a los pocos minutos ya no lo sientes, cuando lo intentas mover, sorpresa, no puedes; te agitas un poco y comienza un hormigueo en tu brazo dejándote saber que pronto recuperarás las sensaciones y la movilidad. 
Conmigo no pasó así, mis manos sólo eran torpes y no parecían tener intenciones de moverse de nuevo.


Suspiré y bajé a la cocina, tenía hambre. Me percaté de que había algo que no supe identificar en la estufa, ésta seguía prendida; me preguntaba por qué estaba así, supuse que los demás la habían prendido.
En cuanto pensé eso, algo no tuvo sentido, ¿Los demás? ¿Los demás quiénes? ¿Hay alguien más en mi casa? ¿Debería de haber alguien más?
Mi respiración de repente aceleró su ritmo, y yo me frustré; no podía recordar si vivía sola o con alguien más, no podía recordar entonces, con quién vivía.


Subí las escaleras como si escapar de la cocina me fuera a ayudar a recordar algo o mínimo a sentirme mejor. Mientras subía, vi desde abajo la puerta del baño; de repente se formó un semáforo en ella, cambiaba de colores con rapidez, se movía de lado a lado, a veces parecía como si la puerta vibrara, y las escaleras parecían nunca terminar. Cuando terminé de subir, volteé hacia mi izquierda y vi un colchón tirado a la mitad de la habitación. Había una bola de cobijas; mientras me acercaba vi a 2 personas, me acerqué más para identificar sus caras, pero me encontré con algo diferente, en lo que deberían de ser sus caras había una mancha que más bien parecía la huella digital de mi dedo pulgar; no tenían ojos, ni nariz, ni boca, ni orejas, sin embargo parecían poder verme, esas dos figuras se miraron entre ellas y caminaban hacia mí.


Me petrifiqué por un cortísimo segundo, pero enseguida corrí, salí de mi casa sin fijarme hacia dónde iba, y seguí corriendo, corrí y corrí, hasta que me di cuenta de que era de noche; miré mi reloj de nuevo. 3:00 AM, ¿qué diablos pasaba? ¿el tiempo iba más rápido? ¿iba hacia atrás? Pero algo más captó mi atención, mis manos de nuevo, ya ni siquiera tenían forma, parecían plastilina derretida, se escurrían en el aire.


Hiperventilé y seguí corriendo a ningún lugar, me cansé de correr y me quedé dormida con un terrible dolor de cabeza.
A la mañana siguiente desperté porque el sol empezaba a lastimar mis ojos, los abrí y miré a mi alrededor.
Miré los árboles y el pasto y me pregunté, ¿qué hora era? No se me podía hacer tarde, tenía que irme temprano... Un momento, ¿por qué tenía que irme temprano? ¿a dónde tenía que ir? ¿qué día era?





9 de abril de 2011

Cuando el título no tiene nada que ver.

Si recuerdan, hace un par de meses les conté sobre Saira, la catorceañera pendeja sin identidad que decidía robar todo lo que yo decía, posteaba, publicaba, fotografiaba, etcétera...
(Si usted, stalker lector, no se acuerda o no me puso atención, aquí está el link)

Después de un rato me dejó de importar que nos robara cosas al gatonejo y a mí, porque sinceramente, esperaba que ya no lo hiciera, y como no puedo ver su perfil en facebook, no sabía nada. (Sí, soy facebook whore).

 Pero justo ayer, por curiosidad, volví a entrar al perfil de esta...niña, y vi que tenía el mismo nombre que yo me había puesto hacía un par de semanas, que me duró como 2 días y fue por un chiste local; pero ahí estaba ella, con su perfil patético y mi nombre y un chiste que no conoce.

Después, por razones del destino y mi sensual habilidad para stalkear gente, me enteré de que aún tenía hi5 y tenía las fotos de mi novio, mis fotos de flickr, nuestras bios fusiladas y mezcladas, y su nombre era igual que mi nombre de twitter, sólo cambiando mi nombre real por Saira.
Me decepcioné de una manera enorme; no porque Saira robara cosas y escribiera como analfabeta pendeja, digo, eso era de esperarse de una catorceañera sin personalidad y con problemas mentales; lo que me decepcionó fue que siguiera usando hi5. ¿Quién chingados lo sigue usando? En serio...creo que sólo ella.

El punto es que, después de enojarme mucho por su eterna estupidez y tener una gran fantasía donde la mataba a patadas hasta que sus ojos salieran por su nariz, sus riñones terminaran en su boca y sus pulmones en su ano, se me ocurrió una idea: 
Si Saira, la pendeja iba a robarme mi identidad, y mi creatividad, entonces yo robaría la suya también. Verán, lectores robados, quiero ver qué se siente ser tan stalker y pretender que tus ideas son las de alguien más, quiero ver qué tan divertido es como para que Saira siga robándonos cosas a mi novio y a mí, quiero ver cuál es la diversión, así que desde ahora, cada foto de perfil que ella tenga, la tendré yo, cada nombre que se cambie, también yo lo cambiaré, y sus status-es, en realidad no los puedo ver pero tampoco tiene mucho sentido porque sus status-es son mis tweets, entonces, al robarle su identidad en realidad estoy robando mi propia identidad, o algún círculo vicioso parecido...


El punto es que así será hasta que me aburra de ser ella o se me ocurra algo mejor. Por lo mientras, chinga a tu madre, Saira, consíguete una personalidad, o no. Me halagas de cierta forma, porque, como ya te dije, soy tan cool, sensual y adorable que quieres ser yo.
No te culpo.

5 de abril de 2011

Zzz...

Mis amigos usualmente me conocen por el hecho de que paso muchísimas de mis clases aprovechando mi valiosísimo tiempo y de diversas formas. Dormida.

Dormida en el piso, dormida en la banca, dormida en dos bancas, dormida en el patio, etcétera.
Al principio me decían que cómo me atrevía a dormir tanto y tan cínicamente, puesto que al inicio del ciclo escolar mi lugar era justo frente al escritorio del profesor, y jamás me importó demasiado que me vieran durmiendo.
Tampoco me reclamaron mucho.

En fin, el punto es que si por algo se me conoce, es por dormir en clase. No existe una clase en la que no me haya quedado dormida.
Bueno, tal vez sí, la clase de Taekwondo, pero no creo que sería muy conveniente quedarme dormida mientras me están dando en la madre.

Siempre durmiendo, y jamás me importó, pero creo que hoy sí me pasé.
Hoy llegué a la escuela y desde antes que comenzaran las clases me quedé dormida; recuerdo que estaba soñando, o algo parecido, pero mis amigos decidieron que sería útil despertarme a la mitad de la clase de literatura.
Me mantuve despierta un rato, anoté lo que teníamos que ver, y me volví a dormir. Es normal cuando es en la mañana, suelo quedarme dormida con facilidad, así que a nadie le extraña a esas horas.

A lo largo del día mi flojera crecía y mis ojos ya no se podían mantener abiertos. Y por "a lo largo del día" me refiero a "veinte minutos después".
No sé si en serio sufro de flojera extrema, porque a mis compañeros no les pasa nada así, o son mis clases las que son tan aburridas. Deben ser mis clases, pero a ellos sí los vacunaron contra el aburrimiento, sí, eso.

La gente entraba y salía de mí salón y yo seguía dormida, pero con mucho frío, así que logré con mi adorable mirada de niña pobre que El Lobo con acento en la Ú me prestara su chamarra.
Al parecer tener tanto frío hace que me dé todavía más sueño. A las 9:30 am yo ya estaba profundamente dormida, pero calientita (no malpiensen) gracias al Lobo.

Recuerdo haber escuchado a mis amigos hablar sobre lo sorprendidos que estaban de que yo pudiera dormir tanto; no lo creían posible. Al parecer yo los saqué de su incredulidad.
Las clases pasaban y yo despertaba, anotaba y volvía a dormir. En algún momento random decidieron que sería buena idea pegarme con mi banca. Sí, pegarme con cinta adhesiva.

Los escuché reírse y sentí cómo ponían la cinta en mi espalda, tuve que tomar mucho valor y ganas para levantarme y ver qué carajos me estaban haciendo.
Levanté mi cabeza con los ojos entrecerrados y vi al Lobo en pleno acto de pegarme con cinta. Traté de mirarlo con cara de "Déjame, estoy dormida" pero creo que más bien hice cara de pasita recién levantada que gruñe y con la textura de un suéter marcada en mi frente.

Tenía todavía mucho sueño y mucha flojera como para pegarle, gritarle, o parecer adorable, así que como era de esperarse, me volví a dormir.
Y cuando desperté, sí, había cinta adhesiva en un lado de la banca, pasaba por mi espalda, y volvía al otro lado de la banca. Cuando me la quité, decía "CLAUSURADO".

Después de eso sólo quedaba una hora de clases en la cual sí me mantuve despierta (a medias), no sé si por miedo a despertar en el bote de basura como alguna broma, o porque ya no era posible dormir más. Y digo que estuve despierta a medias, porque no tengo idea de lo que hice en clase, al parecer sólo tuve la mirada perdida en el infinito.

Y así fue mi interesantísimo día, lectores dormidos; se los digo en caso de que la duda los perturbara e incomodara tanto que no pudieran dormir, porque, como habrán notado y es obvio, el sueño es sagrado para mí.
Yo le llamo: "Mystique sobre su cómoda carpeta"

3 de abril de 2011

Choose.

" Choose Life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, choose washing machines, cars, compact disc players and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol, and dental insurance. Choose fixed interest mortgage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose leisurewear and matching luggage. Choose a three-piece suit on hire purchase in a range of fucking fabrics. Choose DIY and wondering who the fuck you are on Sunday morning. Choose sitting on that couch watching mind-numbing, spirit-crushing game shows, stuffing fucking junk food into your mouth. Choose rotting away at the end of it all, pissing your last in a miserable home, nothing more than an embarrassment to the selfish, fucked up brats you spawned to replace yourselves. Choose your future. 
Choose life... But why would I want to do a thing like that? I chose not to choose life. I chose something else. And the reasons? There are no reasons.

Who needs reasons when you've got heroin? "

-Mark Renton