3 de octubre de 2011

Comenzar desde cero.

"Este blog ya es un verdadero desastre" Llevo pensando desde hace ya varios meses.
Ayer finalmente me decidí, y vengo a anunciar que me mudo de blog.
Va a ser más desmadre y me va a dar algo de flojera crear otro, pero es justo y necesario.

Supongo que aquí entra el cliché de "No es un adiós, sino un hasta luego" aunque la verdad no, pues seguiré escribiendo, sólo que en otro blog diferente, más adecuado a mi personalidad y menos deprimente. Y claro, este blog seguirá existiendo por el resto de la eternidad.

Si me buscas, encuéntrame.

Cambio y fuera.

21 de septiembre de 2011

Blah.

Nunca he sido buena enfrentando estas cosas, siempre tardo mucho en convencerme a mí misma de lo que de verdad está pasando.
De repente, verte en fotos me resulta extraño.


Te tenía rencor por haberme hecho sentir tan mal junto con esas otras personas, porque de alguna forma contribuiste a que fuera la niñita insegura, penosa, tímida, la que no decía nada. 
La miedosa.


Estoy segura de que jamás pensaste que influirías tanto y me convertirías en alguien así, y aunque no conocía en realidad tus intenciones, (o tal vez ni siquiera existían intenciones) sé que en esos momentos sólo estabas siendo una chica un poco perra que sentía poder al hacer sentir mal a los demás.


Seguramente me veo muy infantil al escribirte sobre algo que fue hace años, y probablemente soy doblemente infantil al mantener mis actitudes, inseguridades y personalidad de hace tantos tiempo. Aún así, lo estoy haciendo.



Nunca he sido buena enfrentando estas cosas, siempre tardo mucho en convencerme a mí misma de lo que de verdad está pasando.
De repente, verte en fotos me resulta extraño.



Es triste que te tuve un rencor oculto todo este tiempo. Es más triste que hasta ahora te perdono.
Lo más triste, es que ahora estás muerta.

16 de septiembre de 2011

De más redes sociales inútiles.

Estaba sumamente aburrida, entonces abrí una cuenta de Formspring pa' que me stalkeen más a gusto. 
Éntrele y pregunte lo que quiera, con confianza y sin compromiso, güerito(a)


http://www.formspring.me/PaolaEsRara

23 de agosto de 2011

Así sucedió.

Siempre pensé que decir que la vida te deja sin aliento cuando menos lo esperas era un cliché de lo más ridículo, estúpido, genérico, y patético; y tenía razón, sí lo es.

La diferencia es que te deja de importar si es estúpido, genérico, ridículo o patético cuando lo dices de verdad, cuando te das cuenta de lo que en verdad se siente que las cosas te dejen sin aliento, de que hay cosas que nunca vuelven, y otras en las que alguien más tenía razón, de que en realidad todo mundo se va para dejarte ir como llegaste: solo; la sensación de que sacaste todo el aire que tenías en los pulmones en un suspiro que pareció ser más corto que un parpadeo porque te das cuenta de que nunca serás quien quieres ser, y aquellos momentos a la mitad de la noche en los que no puedes dormir porque tienes un enorme nudo en la garganta que amenaza con matarte, pero aún así confías en que tu piel seca y maltratada sea lo suficientemente resistente como para que no sudes sangre caliente y pegajosa y poco a poco salga aquel nudo por cada poro de tu piel, para después hacer que tu cabeza estalle y manche las paredes blancas que pintaste hace 3 días.

Wakey-wakey, es hora de salir del sueño y enfrentar lo que debes, salir a la banqueta y hacer lo que toda la vida te enseñaron que estaba bien, a pesar de que nunca nadie te pudo dar una explicación clara y verdadera sobre por qué se hacía así y no de otra manera.

Párate frente a un espejo, mírate a los ojos, y no me digas que no te mueres por patear su estómago, después chocar su nariz contra tu empeine, y después moldear su cara con tus puños hasta que sangren y tengas un diente enterrado en la palma de la mano sin saber cómo diablos llegó ahí. Niégalo, niega que desde hace tiempo tienes ganas de hacerlo.

Niega que tienes corazón y que te mueres un poquito cuando lo ves bajar la cabeza y después sonreír, mirarte con cariño y acomodarse el cabello porque el viento lo despeinó. Niega que hace menos de una semana se te aceleró el corazón y te quedaste sin aire tan sólo porque sentiste su mano cerca de la tuya, y después de tanto tiempo, jamás te había pasado con tal intensidad.

Niega que eres una persona sumamente estúpida y llorona y todo el tiempo prefieres quedarte callada por miedo a que se den cuenta. Niega que aún tienes aquellos pensamientos tan difíciles de ahuyentar, y todavía te cuesta trabajo cambiar de tema. 
Niega que tienes miedo de que ella haya tenido razón con lo que te dijo toda la vida.

Niega que al menos una vez a la semana te dan ganas de llorar y correr hacia sus brazos cálidos y reconfortantes.
Niega que te duele, y que estás harta de todos ellos, niega que ni siquiera haces un esfuerzo, niega que no eres fuerte ni perseverante, niega que te dolió.
Niega que aún te importa.


Niega que eres tú quien escribe esto. Inventa un pretexto, una enfermedad, no puedes ser tú quien piensa así, no puedes ser tú quien escribe así. Finge demencia.


Niega que existes. 
Niégalo, a ver si puedes.

22 de agosto de 2011

Pero no.

- ¿Cuántas veces deseaste ser diferente?
- ¿Diferente?
- Sí, diferente. En el sentido que tú quieras.
- Vaya, no lo había pensado en realidad, digo, creo que no me percato de que lo deseo muchas veces al día.  Creo que más bien lo pienso sin pensarlo, la idea surge así nada más, ¿sabes? uno no puede decidir realmente cada cuánto tiempo desea algo, es como si quisieras poder decidir cada cuánto tiempo cae la hoja de un árbol; simplemente no puedes, jamás lo controlo...
- Calla. No lo pienses tanto, es una pregunta simple. ¿Cuántas veces deseaste ser diferente?
- Demasiadas.
- ¿A pesar del tiempo y todos aquellos intentos? 
- A pesar del tiempo y todos aquellos intentos.
- Vaya. Uno diría que después de tanto tiempo de haber deseado ser diferente, ya habrías cambiado un poco, ¿no crees?
- Me gustaría decirte que las cosas son diferentes y que el paso del tiempo me ha servido de mucho. Lo cierto es que sigo siendo dos veces yo, y sigo viviendo con peleas dentro de mí, y sigo destruyéndome poco a poco. Me gustaría decirte que todo estará bien, y que el tiempo hace el esfuerzo, pero mentir siempre ha ido contra mis principios.

11 de agosto de 2011

Crónicas carnívoras.

En realidad no tengo muchos recuerdos de mi infancia.
Cuando tenía alrededor de 4 años, recuerdo haber estado comiendo pollo con mi familia, en el comedor, cuando de pronto me dio muchísimo asco darme cuenta de que, pues...estaba comiendo un hermoso pollito. Entonces vomité.

Mi papá siempre me mindfuckeaba y me hacía sentir mal cuando comía atún; decía que mataban delfines al pescar, y que pobrecillos peces también, que morían para alimentarme y blah blah blah.
Después recuerdo que estaba en un restaurante, y pedí una hamburguesa, pero en la primera mordida, la carne me supo a plástico, y me dio muchísimo asco, y también vomité.

Cuando le decía a mi mamá que ya no quería comer carne, ella sólo me decía que estaba loca, que ¿Cómo era posible que quisiera dejar de comer carne teniendo tan sólo 4 años?
Primero dejé de comer carnes rojas. Después sólo comía pollo si era pechuga y tenía mucho limón, después sólo comía atún cuando estaba mezclado con muchas verduras; hasta que finalmente, mi mamá se rindió, y creyó que esto de ser vegetariana era sólo un capricho infantil, y eventualmente volvería a comer carne. Ella se equivocó.

Tengo 16 años y sigo sin comer carne, y moriré así...o al menos eso creía hasta ayer.
Fui al doctor porque tenía un ganglio inflamado, colesterol casi-alto, y porque mi madre es paranoica y cree que estoy desnutrida y que por eso me falta el aire cuando corro en los entrenamientos a pesar de que yo le digo que es porque tengo una pésima condición física.

Cuando le dije al doctor que era vegetariana, puso cara de que yo era una loca.

Me regañó y dijo que ser vegetariana estaba mal y que no estaba desnutrida, porque pues, ni siquiera era un palo, que en realidad estaba malnutrida y todo era culpa de mi vegetarianismo adorado.
Dijo que a la larga ya no voy a poder procesar proteínas y me voy a deshacer el hígado; además dijo que eso de que la carne me diera asco y la vomitara de pequeña era un desorden alimenticio, y que si sigo siendo vegetariana, voy a necesitar un psiquiatra. No un psicólogo, un psiquiatra.

Dude! ¿Me estás diciendo que estoy loca sólo porque no como carne? Pinche obeso grado 2 estúpido y retrógrada.

Podría pretender que le puse atención y después ignorarlo, y salir de consulta como si nada y seguir muy feliz con mi vegetarianismo, pero no. Alguien tenía que pagar la consulta, así que mi madre me acompañó y también puso atención al sermón y patrañas que les acabo de contar mientras ustedes pretendían que leían, y decidió hacerle caso y ahora quiere que coma carne. Sí, desde ahora parece que me va a cocinar carne como a todos los demás, y yo me la voy a tener que comer (o dársela a los perros) con mucho asco, además de tomar un montón de suplementos alimenticios de 500 calorías por cucharada de loquesea.



Yo sé que para la mayoría de ustedes esto no tiene importancia alguna, pero para mí sí.
He sido vegetariana toda mi vida, he dejado de comer carne por tanto tiempo, que seguramente si la vuelvo a comer, me va a dar una indigestión mortal, o algo así. Ser vegetariana ya es parte de mí, es algo que me describe definitivamente.
Es como si a un gay le dijeran que ya no puede ser gay. Simplemente no se puede.



Por eso, ¡Chinguen a su madre, doctores mamones y obesos que le quitan a uno la capacidad increíble de ser vegetariana!
Yo digo que todo eso lo dijo sólo porque él es un obeso grado 2, y como él no tiene la suficiente fuerza de voluntad para ser vegetariano, quiere que todos los vegetarianos se vuelvan carnívoros, y así ya no sentirse como un humano estúpido y ególatra, y podrá pensar que todos somos igual de tragones como él.
Es como un super doctor malvado con su plan malvado para acabar con nosotros, por eso tenemos que ser fuertes y hacer una resistencia de vegetarianos para luchar contra el maléfico Dr. Carnívoro y sus ayudantes, los maléficos pedazos de carne grasosos asesinos. Y mi mamá. Y el Gatonejo.
Ah, cómo sufro, todos en mi contra...

5 de agosto de 2011

23 cosas favoritas.

Hace poco platicaba con el gatonejo, y de repente me preguntó cuáles eran mis cosas favoritas en todo el mundo.
En el momento enlisté varias cosas estúpidas, pero después me pareció interesante pensarlo más a fondo y escribir sobre esto.


Y he aquí la lista de mis 23 cosas favoritas* en todo el mundo. (Sin un orden específico)


1. Música. En verdad, ¿Qué sería sin muchos de nosotros sin la música? No necesita explicación. Es música, es hermosa, y ya.

2. Amaneceres. Casi nunca los veo porque siempre me tengo que levantar bien pinche temprano porque mi casa está bien pinche lejos de la pinche civilización, pero en un Domingo cualquiera, me encanta levantarme con el sol pegándome en la cara.
Después me harta y cierro las cortinas, pero sí, por un rato es hermoso.

3. La lluvia. Dios, cómo amo la lluvia. Amo cómo se escucha, amo cómo se ve, amo caminar debajo de ella, y amo ver cómo todo mundo huye de ella como si fuera ácido, o algo así.

4. El internet. Si no fuera por internet, probablemente ya hubiera descifrado el sentido de la vida y hubiera escrito 4 libros de 900 páginas acerca de eso. No digo que sea malo conocer el sentido de la vida, pero como me gusta no tener vida y quedarme en mi cuarto todo el día, el internet siempre es mi mejor amigo.

5. Animales. Animales peludos, pequeños y grandes. 
Todo mundo sabe que amo a los animales, son lo más tierno, inteligente y puro del mundo. ¿Cómo no amarlos? ¿Cómo comérselos? Incluso a veces sospecho que mi misión en la vida es volver a toda la humanidad vegetariana.

6. Los libros viejos. Y los libros nuevos también. Lo digo porque nunca me ha gustado leer online, sólo logro lastimar mis ojos, pero pienso que es mucho mejor un libro, un libro real. Digo, me gusta poder tocar páginas, y claro, me gusta mucho leer, a pesar de que muchas veces dejo libros a la mitad.
Me avergüenzo de eso.

7. Dibujar. Me gusta muchísimo dibujar, lo hago desde que tenía como 3 años. Lástima que no sea tan buena y mis dibujos sigan pareciendo de niña de 3 años.

8. Las alas. Alas grandes con sus plumas blancas causando sonrisas.

9. La buena ortografía. Creo que cualquier persona que me conozca sabe que soy fan de la buena ortografía, que me caga la gente que parece que escribe con los codos, y que me orgasmeo cada que veo que alguien escribe perfectamente bien.

10. Sus ojos. Los ojos más hermosos que he visto en toda mi vida. Hasta le ganaron a los ojos de Jared Leto.


11. The Beatles. Hasta hace poco me gustaban nada más, no era fan, ni nada. Bastó escucharlos 15 minutos más y ahora son de mis cosas favoritas en todo, todo el mundo.

12. Tae Kwon Do. Toda la gente que no lo practica me dice que estoy loca por meterme a cosas así, con golpes y moretones. La gente que lo practica es la única que logra entender perfectamente por qué lo amo tanto, y por qué es una pasión tan increíblemente grande. No es un deporte, porque, pues...yo no hago deportes. Es arte.
Sí, ya sé. Sonó increíblemente mamón.

13. Las narices. No cualquier nariz, más que nada las narices grandes, o rectas, o picudas, o aguileñas. Si la gente no se frikeara cuando intento tocar su nariz, pasaría gran parte del día tocándolas.

14. Nadar. Amo nadar. Es como volar...en agua. Se siente tan bien estar en tu propio ambiente.

15. Sarcasmo. No soy experta usándolo, de hecho creo que ni lo usé usar, pero su uso siempre me parecerá lo más genial del mundo.

16. Dormir. No por nada me quedo dormida en todos lados. Si no tendiera tanto a sentirme inútil por dormir más de 7 horas, dormiría días enteros. Semanas enteras. Meses enteros.

17. Huesos. Me gusta ver y tocar huesos. Míos y también de los demás; me parece entretenido, y se sienten bastante bien.
Dedos, huesos de la muñeca, columnas, codos, fosas ileacas, tabiques, falanges, mandíbulas, costillas, rodillas, tobillos...

18. La luna. Está ahí, cambia, vuelve, ilumina, provoca.

19. Photoshop. Es de lo más entretenido, y de lo más útil también. Sólo dejo de usarlo cuando noto que ya me duele la espalda por estar encorvada y me arden los ojos por usar tanto la computadora.


20. Fotos. Tomar y ver fotos. Pienso que las cámaras fotográficas son algo de lo más hermoso, y útil. Las fotos son aún más hermosas...cuando las sabes tomar, claro. ¿Qué sería de nosotros sin las fotos vergonzosas de la infancia?
Aún así, pienso que las personas que se toman fotos frente al espejo, en el baño, sin playera, o desde arriba para mostrar su escote, no deberían de tener derecho a mostrarlas. Es más, ni siquiera deberían tener derecho a las cámaras fotográficas.

21. Ver. Ver es una de las cosas que más aprecio. Si me quedara ciega, no podría seguir viviendo. Simplemente amo suficiente lo que veo a diario como para seguir sin ese sentido.

22. Escuchar. Porque dejar de escuchar, también significaría quedarme sin música, o sin sus voces, o sin los pájaros, o sin Sorjua. Podría quedarme muda, podría quedarme calva, pero no podría quedarme sorda.

23. Escribir. Desde las cosas pseudoprofundas que ni se me dan, hasta mis quejas de siempre, estupideces sin sentido, debrayes que sólo yo entiendo, sentimientos bobos, cartas cursis, notitas de refrigerador...

*Muchas de estas cosas probablemente desearé reemplazarlas mañana porque se me ocurrió algo más, así que no se debe confiar del todo en mi lista.