28 de abril de 2011

Vuelo lento y vertical.

No era la primera vez que me sentía así.
Tampoco era la primera vez que despertaba con aquel pensamiento.

Desperté con su nombre en la mente y con un suspiro en mis labios. No recuerdo qué soñé, pero recuerdo haberla imaginado a ella, y también a él.
Recuerdo sentir una profunda tristeza por el hecho de que caminara con ellos, por el hecho de no poder ver su cicatriz luminosa, porque ya no volaba al ras de la tierra, porque había regresado con el mar.

Me parecía lejano. Como si fuera la historia de algún libro que había leído, lo hubiera plasmado en imágenes, y después hubiera olvidado haber estado en contacto con aquel viejo libro.
Era borroso. Sentía una nostalgia ajena, estaba entrometiéndome en una historia que no me pertenecía, pero que tenía mucho que ver conmigo a la vez.
Fue como si yo también la hubiera perdido aquella noche. Y la perdí.

Después me pareció demasiado increíble que existieran plumas tan perfectas.
Y creí, le creí por completo y a todo lo que él me había dicho.
Ella había cambiado su mirada, y atrevido sonrisas, formando imprevistas parejas.

Y cambió mi mirada y sonreí, sonreí con nostalgia, sonreí con tristeza.


La tristesse de jamais l'avoir connue.

26 de abril de 2011

Lo que sueñas cuando tienes fiebre...

...Y mucho sueño también.

Por alguna razón yo había decidido saltar del bungee -cosa que yo jamás haría porque me daría mucho miedo- con mi hermana. El problema fue que mi hermana era la que estaba amarrada a...lo que fuera que le permitía saltar sin morirse, yo sólo estaba abrazándola, así que, si me soltaba, iba a pasar de ser "La chica miedosa abrazada de su hermana", a "El puré de semihumana* embarrada en el piso".
Recuerdo cómo saltábamos juntas, yo gritaba, y después ya no recuerdo nada.
Creo que me morí en mi sueño. 
Meh.

Después por arte de magia me encontraba en un pseudobar de mal humor, porque no me gustan los bares, y por alguna razón la mitad de mi escuela estaba allí. 
Yo entraba a los baños para ver si me encontraba a alguien conocido. No encontraba a nadie, pero cuando iba saliendo, me encontraba con la Oveja, le decía que esos eran los baños de mujeres, y me iba. Regresaba a sentarme y ponía mala cara porque ya me quería ir, pero por alguna razón no podía. 
Observaba a la gente, y a lo lejos me encontraba con el Gatonejo. Al parecer él no sabía que yo también estaba ahí, porque al voltear, me miraba sorprendido y me ignoraba.

Desperté y me dije que tenía que dejar de dormir y hacer algo útil, pero a los dos minutos ya estaba dormida otra vez.

En el nuevo sueño, descubría que el bungee y el bar estaban en el mismo lugar, y en realidad la idea de ir al pseudobar era como una cortesía pre-concierto. "Yay -pensé- me gustan los conciertos". Pero no...no era un buen concierto; nos estaban guiando al concierto de Justin Bieber y no había forma de escapar. En ese momento se volvió pesadilla.

Nos llevaban a todos en fila como niños de primaria. Carajo, odio a Justino Castor.
No sé cómo me desvié, y me escondí abajo de una mesa. Era un cuarto totalmente blanco. Vi que junto a mí había otra chica que no conocía.
- Saira va a entrar aquí - Me dijo.
- ¿Qué?
-Saira. No tarda en llegar.
Yo sabía que hablabamos de la misma Saira, la Saira que quiere ser yo. 
La oía llegar y de inmediato saltaba y me iba contra ella; por algúna razón le mordí el tobillo y azoté su cabeza varias veces contra la pared. Todo esto en slow motion, claro, porque en sueños jamás puedo actuar rápido.

En fin, la golpeé  y escapé del cuarto blanco para encontrarme en una especie de Six Flags abandonado.
Entraba a otro cuartillo muy, muy pequeño, y muy muy alto.
Por alguna razón, el cuarto estaba lleno de escaleras de metal, y por alguna otra razón, yo sabía que tenía que subirlas hasta cansarme o algo así.
Empecé a subir y subir, lo cual era bastante molesto con el abrigo enorme que traía puesto pero que al parecer no me podía quitar. Y así subí, y subí y subí, hasta que desperté dentro de mi propio sueño.

-Te quedaste dormidísima en la plática sobre humildad - Me decía una chica que estaba junto a mí.
-¿Qué diablos? - Le decía yo.
Entonces me daba cuenta de que estaba con una bola de modelos en algo que debió ser Weird Dream's Next Top Model.
Después yo tenía que acompañarlas a una alberca; no sé si nos llevaban para una sesión de fotos, o algo así, pero después de 25 minutos, todas ya estaban ebrias y yo tenía que cuidarlas.
Como ya me había aburrido y el sol estaba más feo de lo que usualmente es, yo me escondía debajo de unas palmeras y me quedaba ahí, viéndolas a todas hacer el ridículo.

Entonces me despertó mi teléfono con la llamada de un amigo que me dijo que también se acababa de enfermar.
Entonces volví a despertar con otra llamada, del gatonejo. Ahora sí de verdad.



*Semihumana porque según mis debrayes de segundo de secundaria, yo no soy humana.

21 de abril de 2011

17 de abril de 2011

¿Quién eres tú?

De repente se te olvida quién eres.
Has cambiado tanto en tan poco tiempo, que ya no sabes lo que te gusta y lo que no, ni lo que haces porque quieres o porque tienes que, o porque te sientes obligado, o porque no quieres causar molestias, o porque te importa lo que vayan a pensar de ti.

De repente, necesitas un pequeño empujón para recordar quién eres y lo que quieres, o al menos esperas que sea así; de repente tienes una crisis extraña en la que no sabes qué pasa con tu vida y necesitas recordarte a ti mismo quién eres, por eso haré otra de mis muchísimas listas inútiles de datos (inútiles) sobre mí.

  • No sé cómo empezar esta lista inútil.
  • Si mis calificaciones no me importaran tanto, dormiría todavía más en la escuela y me la pasaría haciendo estupideces.
  • Toda mi vida estuve segura de que quería estudiar veterinaria o medicina. Oportunamente empecé  a dudar y a considerar psicología, ingeniería cibernética, diseño y ahora no tengo la más mínima idea de lo que voy a dedicarme el resto de mi vida.
  • A pesar de que siempre lo niego, suelo obsesionarme con mi peso.
  • Una vez que me conoces bien, dejo de ser tan interesante.
  • Siempre que empiezo a conocer a alguien, además de ser difícil por mi timidez, es muy incómodo porque casi no hablo y no encuentro nada bueno qué decir.
  • Me frustra el hecho de que nada me apasiona realmente, eso hace que no sepa bien lo que me gusta y lo que quiero. Nada me ha llamado suficiente la atención.
  • Toco la guitarra desde los 11 años y aún así apesto en eso, then again, no me apasiona. Creo que funcionaría mejor en batería, pero debido a mi poca coordinación y mi torpeza extrema, sería un FAIL con patitas y cabello rojo.
  • Cada vez que me pican las costillas siento el reflejo inevitable de golpear con todas mis fuerzas a quien sea que lo esté haciendo. Lo he hecho, los he lastimado, y me siguen picando.
  • Creo que ya había puesto el punto anterior en algún post de inutilidades de Mystique. Miren cuánto me importa.
  • Me gustan las narices grandes en los hombres y los ojos penetrantes. De preferencia piel blanca y cabello oscuro.
  • Me gusta presumir que hablo Inglés, Francés, y Alemán y que daba clases de Francés, pero en realidad no sé nada de Alemán porque no pongo atención en clase y mi maestra sólo hace chistes malos.
  • Desde que iba en secundaria me convencí a mí misma de que me iban a salir alas algún día por arte de magia, después se me olvidó y ahora estoy convencida otra vez.
  • Ya me es imposible contenerme cuando tengo sueño, esté donde esté, me quedo dormida.
  • Una vez me quedé dormida en el piso de mi salón de clases. Es lo más cómodo que existe.
  • Siempre he querido salir a la calle y hacer cosas locas, pero jamás lo hago porque no me atrevo
  • Mi novio siempre dice que no sabe cómo es que lo aguanto, pero en realidad no sé cómo es que me aguanta él a mí con todas mis inseguridades, depresiones, estupideces que he hecho, dramas y momentos callados. De hecho es la persona en la que más confío en todo el mundo, con la única que puedo hablar de casi cualquier cosa, y lo amo con toda mi alma.
  • Si hay algo que me molesta, es que me despierten asustándome, con picoteos, gritos pendejos, y golpes. Y  la carne. Y que me vean comer. Y ver a algunas personas comer.
  • Amo el chocolate y es sumamente difícil que me empalague.
  • Ya no recuerdo en dónde no me he quedado dormida.
  • Me siento rara si termino frases y no pongo punto final. 
  • Lloro por todo.
  • Ya no sé qué poner y no sé si esto me ayude a acordarme de quién soy.

13 de abril de 2011

Fantasma de un desconocido.

A pesar del tiempo, parecía como si acabara de llegar a este mundo; a pesar de haber conocido a mis amigos por tanto tiempo, por un par de segundos, parecía como si no los conociera; a pesar del tiempo junto a él, sentía que me faltaba demasiado por saber, todo parecía un sueño borroso; a pesar de haber vivido toda mi vida en esta casa, me sentía en un lugar nuevo.

Mientras escuchaba a mi propia mente, pensaba en lo pretencioso y falso que sonaría esto de repentinamente sentirte ajeno a este mundo, sin embargo no me importó en el momento, pues no conocía a fondo a nadie, y no me importaría lo que dirían.
Las imágenes llegaban a mi cabeza y en un momento de incoherencia me pregunté si en realidad había pasado todo lo que había pasado o lo había soñado. Recordaba mi vida perfectamente, la recordaba como una película o una novela, pero sentía que en realidad mi vida, no era mi vida; sentía que en algún momento me había convertido en alguien más.

Comenzaba a tener sentido. ¿En verdad me había convertido en alguien más? Probablemente sí, pero no sería una razón para sentir que estaba viviendo la vida de alguien más. No tenía sentido en absoluto, no había razones para sentirme así de extraña, no había nada que pudiera causar esto, sólo pasó. Sólo empecé a sentirme como un ser extraño, un animal, ni siquiera un humano, un animal desconocido que convivía con otra especie a la que debería de estar acostumbrada, sin embargo la sensación de sueño borroso no se iba, parecía querer quedarse conmigo y abrazarme cálidamente...

Pero después me puse a pensar en vacas y de nuevo sentí que mi vida era mía, mía.

10 de abril de 2011

Laguna de plastilina derretida

Desperté porque el sol estaba empezando a lastimar mis ojos, los abrí y miré alrededor.
Antes que nada me percaté de que había dejado las cortinas abiertas por la noche, y eso era algo que jamás pasaba. Me seguí concentrando en la ventana, los árboles que se alcanzaban a ver, y en el sol brillante. ¿Qué hora era? No se me podía hacer tarde, tenía que salir temprano de casa... Un momento, ¿para qué tenía que salir de casa? ¿a qué hora tenía qué salir? ¿qué día era?


Me concentré lo mejor que pude y no pude responder ninguna de esas preguntas, para tratar de recordar, traté de pensar ¿qué había hecho ayer?
Tampoco podía recordarlo, tenía lagunas mentales extrañas e imágenes que no tenían sentido.
Recordaba algún libro de la escuela, una tarea que no había hecho, mi lámpara en forma de casco prendida a las tres de la mañana, recuerdo haber estado escuchando música a todo volumen con mis audífonos y mirando al techo, contando cuántas imperfecciones podía tener (el techo). Recordé también haber estado corriendo en un bosque o algo parecido, tal vez escapando, tal vez corriendo feliz; yo corría descalza y con una rapidez que no sé de dónde salió.


Me perturbaba recordar tan pocas cosas del día anterior y me dispuse a continuar con el actual. Giré mi mano izquierda con la intención de ver mi reloj.
Las 9:18 AM, era temprano, o tal vez tarde, dependiendo de qué día fuera.
Bajé mi mano y me di cuenta de que en realidad no la podía mover; mis dedos estaban torpes y respondían con dificultad, me sentía como cuando te acuestas sobre uno de tus brazos y a los pocos minutos ya no lo sientes, cuando lo intentas mover, sorpresa, no puedes; te agitas un poco y comienza un hormigueo en tu brazo dejándote saber que pronto recuperarás las sensaciones y la movilidad. 
Conmigo no pasó así, mis manos sólo eran torpes y no parecían tener intenciones de moverse de nuevo.


Suspiré y bajé a la cocina, tenía hambre. Me percaté de que había algo que no supe identificar en la estufa, ésta seguía prendida; me preguntaba por qué estaba así, supuse que los demás la habían prendido.
En cuanto pensé eso, algo no tuvo sentido, ¿Los demás? ¿Los demás quiénes? ¿Hay alguien más en mi casa? ¿Debería de haber alguien más?
Mi respiración de repente aceleró su ritmo, y yo me frustré; no podía recordar si vivía sola o con alguien más, no podía recordar entonces, con quién vivía.


Subí las escaleras como si escapar de la cocina me fuera a ayudar a recordar algo o mínimo a sentirme mejor. Mientras subía, vi desde abajo la puerta del baño; de repente se formó un semáforo en ella, cambiaba de colores con rapidez, se movía de lado a lado, a veces parecía como si la puerta vibrara, y las escaleras parecían nunca terminar. Cuando terminé de subir, volteé hacia mi izquierda y vi un colchón tirado a la mitad de la habitación. Había una bola de cobijas; mientras me acercaba vi a 2 personas, me acerqué más para identificar sus caras, pero me encontré con algo diferente, en lo que deberían de ser sus caras había una mancha que más bien parecía la huella digital de mi dedo pulgar; no tenían ojos, ni nariz, ni boca, ni orejas, sin embargo parecían poder verme, esas dos figuras se miraron entre ellas y caminaban hacia mí.


Me petrifiqué por un cortísimo segundo, pero enseguida corrí, salí de mi casa sin fijarme hacia dónde iba, y seguí corriendo, corrí y corrí, hasta que me di cuenta de que era de noche; miré mi reloj de nuevo. 3:00 AM, ¿qué diablos pasaba? ¿el tiempo iba más rápido? ¿iba hacia atrás? Pero algo más captó mi atención, mis manos de nuevo, ya ni siquiera tenían forma, parecían plastilina derretida, se escurrían en el aire.


Hiperventilé y seguí corriendo a ningún lugar, me cansé de correr y me quedé dormida con un terrible dolor de cabeza.
A la mañana siguiente desperté porque el sol empezaba a lastimar mis ojos, los abrí y miré a mi alrededor.
Miré los árboles y el pasto y me pregunté, ¿qué hora era? No se me podía hacer tarde, tenía que irme temprano... Un momento, ¿por qué tenía que irme temprano? ¿a dónde tenía que ir? ¿qué día era?





9 de abril de 2011

Cuando el título no tiene nada que ver.

Si recuerdan, hace un par de meses les conté sobre Saira, la catorceañera pendeja sin identidad que decidía robar todo lo que yo decía, posteaba, publicaba, fotografiaba, etcétera...
(Si usted, stalker lector, no se acuerda o no me puso atención, aquí está el link)

Después de un rato me dejó de importar que nos robara cosas al gatonejo y a mí, porque sinceramente, esperaba que ya no lo hiciera, y como no puedo ver su perfil en facebook, no sabía nada. (Sí, soy facebook whore).

 Pero justo ayer, por curiosidad, volví a entrar al perfil de esta...niña, y vi que tenía el mismo nombre que yo me había puesto hacía un par de semanas, que me duró como 2 días y fue por un chiste local; pero ahí estaba ella, con su perfil patético y mi nombre y un chiste que no conoce.

Después, por razones del destino y mi sensual habilidad para stalkear gente, me enteré de que aún tenía hi5 y tenía las fotos de mi novio, mis fotos de flickr, nuestras bios fusiladas y mezcladas, y su nombre era igual que mi nombre de twitter, sólo cambiando mi nombre real por Saira.
Me decepcioné de una manera enorme; no porque Saira robara cosas y escribiera como analfabeta pendeja, digo, eso era de esperarse de una catorceañera sin personalidad y con problemas mentales; lo que me decepcionó fue que siguiera usando hi5. ¿Quién chingados lo sigue usando? En serio...creo que sólo ella.

El punto es que, después de enojarme mucho por su eterna estupidez y tener una gran fantasía donde la mataba a patadas hasta que sus ojos salieran por su nariz, sus riñones terminaran en su boca y sus pulmones en su ano, se me ocurrió una idea: 
Si Saira, la pendeja iba a robarme mi identidad, y mi creatividad, entonces yo robaría la suya también. Verán, lectores robados, quiero ver qué se siente ser tan stalker y pretender que tus ideas son las de alguien más, quiero ver qué tan divertido es como para que Saira siga robándonos cosas a mi novio y a mí, quiero ver cuál es la diversión, así que desde ahora, cada foto de perfil que ella tenga, la tendré yo, cada nombre que se cambie, también yo lo cambiaré, y sus status-es, en realidad no los puedo ver pero tampoco tiene mucho sentido porque sus status-es son mis tweets, entonces, al robarle su identidad en realidad estoy robando mi propia identidad, o algún círculo vicioso parecido...


El punto es que así será hasta que me aburra de ser ella o se me ocurra algo mejor. Por lo mientras, chinga a tu madre, Saira, consíguete una personalidad, o no. Me halagas de cierta forma, porque, como ya te dije, soy tan cool, sensual y adorable que quieres ser yo.
No te culpo.

5 de abril de 2011

Zzz...

Mis amigos usualmente me conocen por el hecho de que paso muchísimas de mis clases aprovechando mi valiosísimo tiempo y de diversas formas. Dormida.

Dormida en el piso, dormida en la banca, dormida en dos bancas, dormida en el patio, etcétera.
Al principio me decían que cómo me atrevía a dormir tanto y tan cínicamente, puesto que al inicio del ciclo escolar mi lugar era justo frente al escritorio del profesor, y jamás me importó demasiado que me vieran durmiendo.
Tampoco me reclamaron mucho.

En fin, el punto es que si por algo se me conoce, es por dormir en clase. No existe una clase en la que no me haya quedado dormida.
Bueno, tal vez sí, la clase de Taekwondo, pero no creo que sería muy conveniente quedarme dormida mientras me están dando en la madre.

Siempre durmiendo, y jamás me importó, pero creo que hoy sí me pasé.
Hoy llegué a la escuela y desde antes que comenzaran las clases me quedé dormida; recuerdo que estaba soñando, o algo parecido, pero mis amigos decidieron que sería útil despertarme a la mitad de la clase de literatura.
Me mantuve despierta un rato, anoté lo que teníamos que ver, y me volví a dormir. Es normal cuando es en la mañana, suelo quedarme dormida con facilidad, así que a nadie le extraña a esas horas.

A lo largo del día mi flojera crecía y mis ojos ya no se podían mantener abiertos. Y por "a lo largo del día" me refiero a "veinte minutos después".
No sé si en serio sufro de flojera extrema, porque a mis compañeros no les pasa nada así, o son mis clases las que son tan aburridas. Deben ser mis clases, pero a ellos sí los vacunaron contra el aburrimiento, sí, eso.

La gente entraba y salía de mí salón y yo seguía dormida, pero con mucho frío, así que logré con mi adorable mirada de niña pobre que El Lobo con acento en la Ú me prestara su chamarra.
Al parecer tener tanto frío hace que me dé todavía más sueño. A las 9:30 am yo ya estaba profundamente dormida, pero calientita (no malpiensen) gracias al Lobo.

Recuerdo haber escuchado a mis amigos hablar sobre lo sorprendidos que estaban de que yo pudiera dormir tanto; no lo creían posible. Al parecer yo los saqué de su incredulidad.
Las clases pasaban y yo despertaba, anotaba y volvía a dormir. En algún momento random decidieron que sería buena idea pegarme con mi banca. Sí, pegarme con cinta adhesiva.

Los escuché reírse y sentí cómo ponían la cinta en mi espalda, tuve que tomar mucho valor y ganas para levantarme y ver qué carajos me estaban haciendo.
Levanté mi cabeza con los ojos entrecerrados y vi al Lobo en pleno acto de pegarme con cinta. Traté de mirarlo con cara de "Déjame, estoy dormida" pero creo que más bien hice cara de pasita recién levantada que gruñe y con la textura de un suéter marcada en mi frente.

Tenía todavía mucho sueño y mucha flojera como para pegarle, gritarle, o parecer adorable, así que como era de esperarse, me volví a dormir.
Y cuando desperté, sí, había cinta adhesiva en un lado de la banca, pasaba por mi espalda, y volvía al otro lado de la banca. Cuando me la quité, decía "CLAUSURADO".

Después de eso sólo quedaba una hora de clases en la cual sí me mantuve despierta (a medias), no sé si por miedo a despertar en el bote de basura como alguna broma, o porque ya no era posible dormir más. Y digo que estuve despierta a medias, porque no tengo idea de lo que hice en clase, al parecer sólo tuve la mirada perdida en el infinito.

Y así fue mi interesantísimo día, lectores dormidos; se los digo en caso de que la duda los perturbara e incomodara tanto que no pudieran dormir, porque, como habrán notado y es obvio, el sueño es sagrado para mí.
Yo le llamo: "Mystique sobre su cómoda carpeta"

3 de abril de 2011

Choose.

" Choose Life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television, choose washing machines, cars, compact disc players and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol, and dental insurance. Choose fixed interest mortgage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose leisurewear and matching luggage. Choose a three-piece suit on hire purchase in a range of fucking fabrics. Choose DIY and wondering who the fuck you are on Sunday morning. Choose sitting on that couch watching mind-numbing, spirit-crushing game shows, stuffing fucking junk food into your mouth. Choose rotting away at the end of it all, pissing your last in a miserable home, nothing more than an embarrassment to the selfish, fucked up brats you spawned to replace yourselves. Choose your future. 
Choose life... But why would I want to do a thing like that? I chose not to choose life. I chose something else. And the reasons? There are no reasons.

Who needs reasons when you've got heroin? "

-Mark Renton