26 de mayo de 2011

Sobre cosas no tan efímeras.

Ya no quiero hibernar en el momento en el que tomo té.

Con vísperas como aquella, la frustración por no tener interés alguno por mi propia existencia se me escapa por la boca.
Y soy feliz, muy feliz.

Con meseros que nos ignoran y fuentes atractivas para perros, jamones en exhibición, chocolates con causa, y tareas francesas, mágicamente se me van los pensamientos hechos con telarañas oscuras y sucias.
Mágicamente.

Mágicamente, como las plumas blancas que aparecen sin avisar, y vuelan, vuelan, vuelan, y sacan una sonrisa oculta; esas plumas que provocan que imagines el mar y lo escuches cantar; las que existen por una razón, una razón tan simple, pero tan secreta.


Aquellos olores que atraen, esas esencias que sonríen, juegos tontos, polvos que colorean un sabor, y una sorpresa en la lengua con el tercer, o cuarto trago.
Con esas pequeñas cosas sonrío y me tranquilizo, cierro mis ojos y me siento bien.
Estoy tranquila.
Estoy bien.




Este post fue escrito sin haber utilizado la letra D ni una sola vez (salvo ésta)

5 comentarios:

Ninja Peruano dijo...

Te reto a que ahora lo hagas sin usar la letra P, ma shoushou.

Mystique dijo...

Tú no pudiste, mon shoushou.

Michell Cerón dijo...

que hermoso post! ... Y que Oulipiano!! esta genial que hagas literatura con restricciones

Alex Kim dijo...

No habia notado la falta de la D...

interesante.

Clara dijo...

Sin letra d, qué tranquilidad... yo ni si quiera podría ponerte un comentario sin usarla. Disfruta de las cosas no tan efímeras, nunca se sabe ;)