28 de abril de 2011

Vuelo lento y vertical.

No era la primera vez que me sentía así.
Tampoco era la primera vez que despertaba con aquel pensamiento.

Desperté con su nombre en la mente y con un suspiro en mis labios. No recuerdo qué soñé, pero recuerdo haberla imaginado a ella, y también a él.
Recuerdo sentir una profunda tristeza por el hecho de que caminara con ellos, por el hecho de no poder ver su cicatriz luminosa, porque ya no volaba al ras de la tierra, porque había regresado con el mar.

Me parecía lejano. Como si fuera la historia de algún libro que había leído, lo hubiera plasmado en imágenes, y después hubiera olvidado haber estado en contacto con aquel viejo libro.
Era borroso. Sentía una nostalgia ajena, estaba entrometiéndome en una historia que no me pertenecía, pero que tenía mucho que ver conmigo a la vez.
Fue como si yo también la hubiera perdido aquella noche. Y la perdí.

Después me pareció demasiado increíble que existieran plumas tan perfectas.
Y creí, le creí por completo y a todo lo que él me había dicho.
Ella había cambiado su mirada, y atrevido sonrisas, formando imprevistas parejas.

Y cambió mi mirada y sonreí, sonreí con nostalgia, sonreí con tristeza.


La tristesse de jamais l'avoir connue.

1 comentario:

Anciano Reencarnado dijo...

Me recuerda a un capitulo de mi existencia sonreir con tristesa simplemente hermoso genial post como siempre je je lindo diseño nuevo