10 de abril de 2011

Laguna de plastilina derretida

Desperté porque el sol estaba empezando a lastimar mis ojos, los abrí y miré alrededor.
Antes que nada me percaté de que había dejado las cortinas abiertas por la noche, y eso era algo que jamás pasaba. Me seguí concentrando en la ventana, los árboles que se alcanzaban a ver, y en el sol brillante. ¿Qué hora era? No se me podía hacer tarde, tenía que salir temprano de casa... Un momento, ¿para qué tenía que salir de casa? ¿a qué hora tenía qué salir? ¿qué día era?


Me concentré lo mejor que pude y no pude responder ninguna de esas preguntas, para tratar de recordar, traté de pensar ¿qué había hecho ayer?
Tampoco podía recordarlo, tenía lagunas mentales extrañas e imágenes que no tenían sentido.
Recordaba algún libro de la escuela, una tarea que no había hecho, mi lámpara en forma de casco prendida a las tres de la mañana, recuerdo haber estado escuchando música a todo volumen con mis audífonos y mirando al techo, contando cuántas imperfecciones podía tener (el techo). Recordé también haber estado corriendo en un bosque o algo parecido, tal vez escapando, tal vez corriendo feliz; yo corría descalza y con una rapidez que no sé de dónde salió.


Me perturbaba recordar tan pocas cosas del día anterior y me dispuse a continuar con el actual. Giré mi mano izquierda con la intención de ver mi reloj.
Las 9:18 AM, era temprano, o tal vez tarde, dependiendo de qué día fuera.
Bajé mi mano y me di cuenta de que en realidad no la podía mover; mis dedos estaban torpes y respondían con dificultad, me sentía como cuando te acuestas sobre uno de tus brazos y a los pocos minutos ya no lo sientes, cuando lo intentas mover, sorpresa, no puedes; te agitas un poco y comienza un hormigueo en tu brazo dejándote saber que pronto recuperarás las sensaciones y la movilidad. 
Conmigo no pasó así, mis manos sólo eran torpes y no parecían tener intenciones de moverse de nuevo.


Suspiré y bajé a la cocina, tenía hambre. Me percaté de que había algo que no supe identificar en la estufa, ésta seguía prendida; me preguntaba por qué estaba así, supuse que los demás la habían prendido.
En cuanto pensé eso, algo no tuvo sentido, ¿Los demás? ¿Los demás quiénes? ¿Hay alguien más en mi casa? ¿Debería de haber alguien más?
Mi respiración de repente aceleró su ritmo, y yo me frustré; no podía recordar si vivía sola o con alguien más, no podía recordar entonces, con quién vivía.


Subí las escaleras como si escapar de la cocina me fuera a ayudar a recordar algo o mínimo a sentirme mejor. Mientras subía, vi desde abajo la puerta del baño; de repente se formó un semáforo en ella, cambiaba de colores con rapidez, se movía de lado a lado, a veces parecía como si la puerta vibrara, y las escaleras parecían nunca terminar. Cuando terminé de subir, volteé hacia mi izquierda y vi un colchón tirado a la mitad de la habitación. Había una bola de cobijas; mientras me acercaba vi a 2 personas, me acerqué más para identificar sus caras, pero me encontré con algo diferente, en lo que deberían de ser sus caras había una mancha que más bien parecía la huella digital de mi dedo pulgar; no tenían ojos, ni nariz, ni boca, ni orejas, sin embargo parecían poder verme, esas dos figuras se miraron entre ellas y caminaban hacia mí.


Me petrifiqué por un cortísimo segundo, pero enseguida corrí, salí de mi casa sin fijarme hacia dónde iba, y seguí corriendo, corrí y corrí, hasta que me di cuenta de que era de noche; miré mi reloj de nuevo. 3:00 AM, ¿qué diablos pasaba? ¿el tiempo iba más rápido? ¿iba hacia atrás? Pero algo más captó mi atención, mis manos de nuevo, ya ni siquiera tenían forma, parecían plastilina derretida, se escurrían en el aire.


Hiperventilé y seguí corriendo a ningún lugar, me cansé de correr y me quedé dormida con un terrible dolor de cabeza.
A la mañana siguiente desperté porque el sol empezaba a lastimar mis ojos, los abrí y miré a mi alrededor.
Miré los árboles y el pasto y me pregunté, ¿qué hora era? No se me podía hacer tarde, tenía que irme temprano... Un momento, ¿por qué tenía que irme temprano? ¿a dónde tenía que ir? ¿qué día era?





3 comentarios:

Alex Kim dijo...

me recordaste a animatrix
por algun motivo

Mar dijo...

Los relatos en circulo son los más traumantes.

Saludos.

Anónimo dijo...

me traumo, pero por extraño que parezca igual me gusto