Mi memoria es mala así que postearé algunos recientes, y de los pocos que me acuerde, pero en fin, tienen derecho a burlarse, pero no muy fuerte por que la inexistencia del karma aún no se confirma.
Comencemos...
- En los primeros días de preparatoria, yo era
todavía mástorpede lo que soy,así que un día llegué muy feliz a la escuela, por la mañana, caminando por los laaargos laaaargos pasillos, y me metí a mi salón, vi que alguna estúpida había puesto su mugrosa mochila en mi banca, así que llegué y la quité para que mis posesiones tomaran su lugar, entonces, miré a mi alrededor...gente que yo no conocía, y una chica a mi lado me preguntó "¿Amiga, eres nueva?¿Qué haces aquí?" ¡¡Diantres!! ese no era mi salón, salí corriendo, rogando que al día siguiente nadie recordara mi existencia ni mi error. - Mi escuela tiene escaleras asesinas, o más bien es el piso. Un día iba yo muy galantemente bajando las escaleras con gracia y estilo (sí claro) y cuando se acabaron las escaleras, seguía yo caminando pseudoagraciadamente, pero no me percaté de que había un bloque de cemento medio-salido, así que con mi torpeza natural, me tropecé, empujando a un tipo que iba pasando, recargándome en otro, para finalmente aterrizar de rodillas junto a las bancas. No solo empujé a gente que seguro me mentó la madre en su cabeza, todos me vieron, y me vio el chico que me gustaba..
- Cuando tenía unos 5 años, Doña Mystique iba a clases de natación, como en ese entonces yo tenía un muy mal carácter, me enojaba por cualquier cosa, en ese caso, por que no me podía poner la obligatoria gorrita para nadar. Así que entre berrinches y voz de enojo, fui con mi madre y le dije con voz chillona "¿Me pones la gorra?" mientras jalaba su falda, pero ¡Oh, sorpresa! volteó una señora indignada que definitivamente no era mi madre.
- Un Domingo, me encontraba manejando por ahí, como soy primeriza, todo mundo nota mis errores infalibles al conducir, así que una señora me empezó a pitar, después pasó a mi lado y me gritó algo que no entendí, yo me adelanté, pero volvió a pitar y gritarme nosequecosas, indignada, le menté la madre con el claxon y le di la britneyseñal, pero 2 segundos después comprendí lo que quería decir: Sólo quería que prendiera las intermitentes...y yo mentandole la madre..
- Cuando tenía unos 8 años, me encontraba en un parque acuático, acababa de comer, y me metí a la alberca de olas, el resultado no fue bueno, estaba mareada, y no alcancé a salir totalmente de la alberca, vomité adentro y muy cerca de una señora amargada.
- En la secundaria, en algún recreo estaba jugando bruscamente con mis amigas, empujándonos, en eso, una amiga bastante alta y brusca me empujo con todas sus fuerzas, yo, frágil, torpe y débil me caí, justo en el centro del patio, además caí de espaldas y por algún efecto de la física mis piernas quedaron volando, dando a conocer mis no-bronceadas piernas y mi ropa interior...a grandes rasgos.
- Alguna vez, tenía yo como 9 años, estaba enojada con mi hermana, entonces bruscamente bajé las escaleras, pero traía un vaso de jugo de naranja en la mano, cuando llegué a la sala, no noté que el piso estaba mojado, por lo que mis pies volaron, y todo mi cuerpo también, perdí control del vaso, que dejó salir el jugo, y segundos después cayo sobre mi cabeza, mientras yo, también caía violentamente al piso mojado, y yo, bañada en jugo. Mi hermana lo vio todo, se burlo mucho tiempo de mi, y yo me quede pegada al piso entre pinol y jugo por unos 30 segundos...al final fue divertido.
Secundaria otra vez, me encontraba jugando voleyball, se me fué el balon hacia los salones, y yo en afán de correr por el heroicamente, corrí, pero de nuevo...piso mojado, mis pies se deslizaron hacia la puerta de un salón que se encontraba a media clase, empujé la puerta con mis pies, abriendola y haciendo una entrada triunfal y vergonzosa digna de aparecer en películas de acción. Entré involuntariamente al salon, impulsada por la caída, ah y además rompí la puerta...
No son los peores, porque probablemente mi mente ya bloqueó mis momentos vergonzosos en algún rincón lejano de mi cerebro.