Jeringazos.

Hace algunos días, por azares del destino, estornudos y órdenes del demonio, me asomé al compartimiento superior de mi closet. Sí, uno donde sólo hay basura, telarañas, arañas, polvo, hojas de papel rotas y empolvadas, dibujos mal hechos, cartas de hace muchísimas primaveras, y globos de San Valentín, inútiles, desinflados, pero ah, fueron carísimos, te ves muy mono caminando con plástico flotante y colorido, pero después (y antes) es basura.

Pero ese no es el punto.

Mientras miraba con curiosidad y perplejidad esa parte superior de mi closet (que ha de tener un nombre pero, como ven, no está en mi base de datos personal) olvidé la razón por la que estaba asomándome allí, pero no me importó mucho cuando me encontré una jeringa. Una jeringa, en mi closet, abierta, ni siquiera en paquetito estéril, una vil jeringa de procedencia dudosa escondida por ahí. Porque en realidad no sé de donde vino, sólo apareció, recordé que hace unos meses mi hermana me usó de conejillo de indias y me sacó sangre, con una jeringa, pensé que podría ser esa, pero, no, no guardo jeringas con mi propia sangre, aunque sería freaky divertido, pero en el momento no se me ocurrió. ¿Entonces qué diablos hacía una jeringa en mi closet? Sigo sin saberlo.

El punto es que la puse en mi tocador a ver si lograba recordar de dónde había salido, o a ver que hacía con ella (La jeringa estaba limpia, gente, no soy tan asquerosa). En la noche procedí a ahogarme en la computadora y quedarme allí hasta altas horas de la madrugada, entonces llegó mi madre para preguntarme nosequecosas, luego vio la jeringa y me pregunto que hacía ahí...creo que sospecha que me ando metiendo alguna droga, pero no, no es así, mi madre prosiguió a tirar la jeringa a la basura. Yo no evité que lo hiciera, porque realmente no le estaba poniendo atención, al parecer estaba muy ocupada chateando, recordando la letra de la canción que escuchaba y debrayando intensamente como para darme cuenta de que mi madre había tirado MI valiosa jeringa.

Horas después recordé el suceso y..sí, saqué la jeringa de la basura, pero oh, no hay razón para alarmarse ni asquearse, el bote estaba vacío, sólo con mi querida jeringa asustada allí dentro. Entonces supe lo que debía hacer:

Convertirla en arete. [Sí, solo UN arete, Mystique no usa dos aretes iguales]

Sí, una jeringa colgando de mi oreja, lindo ¿no?. Así que después de un arduo trabajo de 3 minutos, ya tenía mi arete, creepy y divertido. Proseguí con lo que tenía que hacer...nada, y después de un rato conversaba con mi mamá de cosas no-interesantes, todo fue muy normal mientras se quejaba de que mi cabello me tapaba la cara, de que caminaba encorvada, mis pantalones estaban rotos y mis tenis sucios, hasta que noté que se me quedaba viendo la parte derecha del cuello/oreja/cabello con curiosidad.

Madre:¿Qué es eso?

Yo: Ah...mi arete.

Mi madre parpadeó tres veces, perpleja y boquiabierta.

Madre: ¿No es...la jeringa que tiré, verdad?

Yo: Sí, si es :)

Mi madre parpadeó otras tres veces, aún más perpleja, pero ahora levantando una ceja...Después procedió a reírse (a carcajadas) de mi.

Madre: Sólo a ti se te ocurre.

Yo: ¡Pero mi hermana usa pantalones que parecen calzón de abuelita!

Oh discúlpame mamá, se que ahora sientes que has fracasado como madre a ver lo rara que es tu hija, ahora por burlarte voy a usar ese arete diario.

Tenían razón...soy rara :)

Y bien lectores, ésa fue mi anécdota de rarezas y fracasos...en caso de que la duda no los dejara dormir.